HUAYLARSH AL PASO, EN LIMA


UNA NUEVA MANERA DE GANARSE, LA VIDA, HONRADAMENTE.

En estos tiempos en que la economía aprieta. La crisis, exige que cada vez seamos más creativos, en cuanto a poder cubrir las necesidades básicas. Atrás van quedando las enseñanzas del glorioso SUTEP, que durante la huelga general indefinida de 1979, por mejoras salariales y nombramiento de los docentes contratados, fuimos cesados, despedidos, se anuló nuestro nombramiento. Impulsados, por la necesidad de conseguir dinero, para poder llevar los alimentos a la mesa del hogar, solicitábamos la solidaridad de todos los sindicatos de Lima Metropolitana, recibimos respuestas de muchos como la ignorancia de otros tantos. Pero  la necesidad de conseguir dinero para cubrir los gastos de abogados, medicinas y alimentos para los maestros que caíamos detenidos, diariamente, en las marchas; exigía que fuéramos más creativos en cuanto a nuestras tareas de agenciarse dinero. Bien, todos los días, por la tarde, llegábamos a la canchita de San Fernando. En nuestras asambleas diarias, en la canchita de San Fernando, de la Avenida Grau -cuando aun no existía la vía expresa-, nuestro Secretario General Horacio Zeballos Gamez, de pronto nos dijo, colegas, vayan a los mercados digan que estamos en huelga, cesados y verán los resultados. Efectivamente, así lo hicimos, en pleno mercado leíamos, a voz en cuello, nuestras resoluciones de cese y con esas denuncias, nuestra olla común mejoró notablemente. Otro día nuestro líder nos arengó, colegas, nuestra Huelga Nacional Indefinida va a ser levantada cuando dejemos de luchar, hagan conocer que en El Potao del Rímac, en Seguridad del Estado de la avenida España, Seguridad del Estado del Callao y hasta en el Sexto de la avenida Alfonso Ugarte hay colegas presos, difundan con volantes en las calles. Esas eran unas perlas de las atrocidades que cometía la dictadura encabezada por Morales Bermúdez y con Guabloche a la cabeza del Ministerio de Educación.
El autor de la nota estuvo, presente, cuando, en una de las tantas reuniones de bases, en una lluvia de ideas, por desarrollar otras formas de difusión de nuestra justa lucha, una profesora de Comas, se pronunció, vamos a imprimir mosquitos –pequeños, diminutos, volantes con nuestras denuncias-. Bien, así se aseguraba que informábamos acerca de nuestra huelga; pero el asunto estaba en cómo conseguir fondos. Es así como una maestra del Callao se pronunció, hay que vender caramelos. Efectivamente eso fue un bum para nuestra lucha.
Hoy, que ha pasado tanto tiempo, los explotadores de niños utilizan nuestra metodología para beneficiarse. Y por otro lado todo el mundo quiere vender caramelos, para agenciarse algún dinero. Pero, siempre, me pregunté ¿y no hay otra forma de cómo agenciarse dinero para cubrir los gastos de los alimentos?  
En verdad, el pueblo peruano es muy creativo cuando se trata de cubrir las necesidades básicas.
De todas, las tantas formas de trabajo –porque así es, así alguien, no lo quiera reconocer es una forma de trabajo-, que están surgiendo, cada cual muy personal, peculiar; una de todas ellas me llamó la atención, por su originalidad de todas maneras, osada, temeraria, incomprendida pero al fin y al cabo los protagonistas cuatro jóvenes que saben lo que están haciendo.

Carrito en el cual vemos el equipo de sonido
Provisto de un  amplificador que funciona a batería y que lo cargan en un cochecito de mercado -tal vez sin querer imitando al mimo Jorge Acuña-, estos jóvenes se ubicaron este viernes 13 del mes en curso, en el cruce de Bolivia y Washington y demostrando vergüenza por el arte que practican, en el intercambio de las luces de semáforo, orgullosamente, virilmente, corajudamente, pujantemente danzaron un HUAYLARSH, de Huancayo, Junín al estilo más guapo que se pueda ver en estos tiempos. Claro se vieron a algunas personas mayores que asustadas corrieron, ante la guapeada que como los buenos machos huancas, demostraron cómo es la alegría al interpretar esta danza agrícola o carnavalesca, según se ejecute. Sus vistosos chalecos con motivos de flores y aves de la incontrastable tierra de Catalina Huanca, resaltaban sobre sus blancas camisas. Las fajas adornando la cintura sujetando el pantalón oscuro. Su sombrero color negro y su pañuelo azul, uno en cada mano hacían flores en el  momento de bailar.

Momento en que toman posesión de la arteria
Me tomé mi tiempo y observé que la mayoría de choferes, de autos, subían prontamente, la luna de la ventana de sus vehículos, más demostrando miedo, terror, pánico que ignorancia o tal vez todo en uno y hasta parecía que oraban para que no demorara el cambio de la luz para poder seguir su camino. Como reza el dicho a la tercera da la vencida, efectivamente en esa oportunidad una cuatro por cuatro o todo terreno como le llaman ahora a esos vehículos que ya se pasaba, porque el chofer quiso ganar la luz, pero no lo logró. De pronto la música inundó la intersección de la vía mencionada. Y los cuatro jóvenes al mejor estilo huancaíno, de pronto salieron, tomaron posesión del cruce peatonal, convirtiéndolo en su improvisado escenario. El ritmo de sus pies marcaba exactamente la cadencia de sus pasos y los hacía coincidir con la notas de la grabación de la orquesta típica. mientras tanto el chofer del mencionado vehículo, comenzó a buscar sus bolsillos, su sencillera y no encontrando nada, muy de prisa sacó su billetera del bolsillo posterior, extrajo un billete de 10 soles y le alcanzó, sonriendo, al danzante que extendía su sombrero a través de la ventanilla, que bastante agitado solo atinó a decir Gracias.
Danzando el viril y alegre Huaylarsh

Haciendo filigrana con ambos pies

En esta oportunidad, les digo que por culpa a mi teléfono –y es que debido a la rapidez con que suscitaron los hechos-, no alcancé a tomar una foto, para mí, de ese momento tan especial.

Pero, aquí, algunas otras fotos que logré tomar. 
Les prometo que la próxima filmaré un hecho. Mil disculpas.

Guapeando como los buenos machos huancas

Un grupo de alumno de una academia de preparación para la PNP observa la danza
Los danzantes terminan su actuación.

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