SERMÓN DE LAS TRES
HORAS, UN RITUAL PERUANO QUE CONQUISTÓ EL MUNDO CATÓLICO
Tomado
del diario La República, Lima, 21 de Marzo de 2008 | 19:15 h
(19:15
hrs) El Sermón de las tres horas, o Sermón de las siete palabras de Cristo, una
tradición que los católicos celebran Viernes Santo, nació en Lima, donde fue
pronunciado por primera vez por un sacerdote jesuita peruano.
Mosimage
(sic) (19:15 hrs) El Sermón de las tres horas, o Sermón de las siete palabras
de Cristo, una tradición que los católicos celebran Viernes Santo, nació en
Lima, donde fue pronunciado por primera vez por un sacerdote jesuita peruano.
Según
un trabajo de la investigadora Gabriela Lavarello de Velaochaga, el origen del
sermón se debe al sacerdote jesuita limeño Francisco de Castillo, quien lo
pronunció el Viernes Santo de 1660.
De
Castillo, que enseñaba catequesis en la parroquia de San Lázaro, inició sus
prédicas en 1648 en el tradicional mercado del Baratillo, en el actual distrito
del Rímac, lugar donde los negros e indígenas comerciaban.
Conocido
como el "apóstol de los indios y negros", De Castillo tenía a su
cargo la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, a espaldas de la casa
de Gobierno, donde predicó por primera vez durante tres horas el Viernes Santo
de 1660, comparando el sufrimiento de Cristo con el de los esclavos.
Este
sermón dio origen a la tradición religiosa del Sermón de las tres horas o
Sermón de las siete palabras, que con el transcurrir de los años se extendió
por el país y luego pasó a otras naciones de América y Europa.
Aunque
el templo de los Desamparados fue demolido en 1938 para dar cabida a la
ampliación del Palacio de Gobierno, la llamada "Cruz del Baratillo",
que el padre del Castillo utilizaba en su prédica, se conserva junto a su tumba
a la entrada de la iglesia de San Pedro de Lima.
El
prolongado sermón es una prueba de fortaleza para quienes lo pronuncian y la
historia peruana recuerda el caso del sacerdote Carlos Martínez, quien durante
el Viernes Santo de 1928 murió en la iglesia de San Pedro tras pronunciar las
palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Martínez
falleció agotado por el esfuerzo de haber pasado horas hablando casi a gritos
para ser escuchado por la multitud de personas que había acudido al templo.
Tradicional
en todo el mundo católico, el Sermón de las tres horas se desarrolla entre el
mediodía y las tres de la tarde, con la intención de reflexionar sobre las
siete palabras que pronunció Cristo durante su crucifixión. (Lima, EFE).
Comentarios
Publicar un comentario