NUEVOS VIENTOS BÉLICOS
El
6 de agosto de 1945, con un solo acto –bárbaro por cierto-, se dieron por
finalizadas las guerras convencionales. El 9 de agosto del mismo año, EEUU, con
un segundo acto –premeditación, ensañamiento ventaja y alevosía-, y con un
mínimo de su poderoso arsenal reafirmó su supremacía bélica, mundial; de ese
entonces. Dos ciudades japonesas fueron las grandes víctimas: Hiroshima y
Nagasaki. Además de la tremenda destrucción de bienes inmuebles, muertes de
niños, mujeres, ancianos, animales y desolación de la naturaleza que
significaron esos hechos dejaron su secuela de alta radiación, en la zona.
Hasta ahora se pueden ver los efectos de tan devastadores actos. Personas con
cáncer, nacimientos anómalos, etc.
Posteriormente,
mejor dicho, nuevamente Estados Unidos frente a la impotencia de no poder
doblegar a un pueblo valiente y decidido a no dejarse avasallar y doblegar por
su poderío bélico decide con desesperación utiliza armas no convencionales como
las temibles bombas de napalm. Frente a este nuevo tipo de agresión la
respuesta de los vietnamitas no se hizo esperar, inteligentemente colocaban, colgaban
estratégicamente, bolsas de plástico con orines, en árboles que daban idea –al
enemigo-, que había una concentración de tropas, en ese lugar. Entonces los
norteamericanos arrojaban grandes cantidades de, las temidas, bombas de napalm
que no ocasionaba ninguna baja en las fuerzas vietnamitas.
Pero la diferencia
entre el tamaño de los soldados norteamericanos y vietnamitas es notoria a la
vista. Los primeros son de un promedio de 1,80 para arriba, mientras que los
segundos son de un promedio de 1,65 por ahí nomás; marcaron la diferencia. Los
segundos conocedores de su territorio, convencidos que defendían una causa
justa –como lo es luchar por la soberanía de su país-, consientes que la
guerra, de desgaste, se demoraba más de
lo previsto, viendo las masacres que realizaban las drogadas tropas del
Tío Sam, donde no se dio uno sino muchos casos como el del genocidio de My Lai,
cambiaron su estrategia. Cavando grandes cantidades de túneles, corredores,
amplios lugares donde se concentraba el grueso de la tropa, para dormir,
cocinar, guardar sus armas. Formaron hasta cierto punto ciudades subterráneas.
Y como quiera que los vietnamitas eran pequeños, delgados, se escurrían por unos estrechos
hoyos y desaparecían entre la maraña de conductos que solo ellos conocían.
Cuántos norteamericanos pagaron cara su osadía al querer ingresar por esas
angostas aberturas y quedaron aprisionados por su gran tamaño y prominentes
vientres. Los vietnamitas al ver que los soldados norteamericanos, en su afán
de perseguirlos, quedaban prisioneros indefensos. Los vietnamitas los jalaban fuertemente hacia
abajo, les quitaban las botas les inferían cortes en las plantas de los pies
dejándolos que se desangraran, a veces les amputaban ambos pies. Cuántos soldados al ser rescatados salían sin
genitales, sin pene ni testículos. Muchos de estos temerarios soldados murieron
desangrados, otros fueron rescatados y sus heridas curadas, sanaban, pero sin su virilidad y al sentirse no hombres, posteriormente se
suicidaron.
Si
para los norteamericanos “los medios justificaban el fin” -frase que se le
atribuye a Nicolás Maquiavelo, cuando en realidad quien en verdad la escribió fue
Napoleón Bonaparte en la última página de su ejemplar del libro "El
Príncipe" de Nicolás Maquiavelo-. Fueron los vietnamitas quienes al final
como sabemos, triunfaron. De nada sirvió el inmenso contingente de tropas, las inmensas cantidades de armamentos que se utilizaron los USA en una causa que
desde un comienzo, estaba perdida.
Esta
crónica da pie para tratar el caso de Afganistán y la temida Madre de todas las
Bombas.
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Fatídicos momentos de Hiroshima y Nagasaki |
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Hiroshima destruida por la Bomba Atómica 6 - 8 - 1945 |
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Nagasaki, destruida por la Bomba Atómica 9 - 8 - 1945 |
Las
imágenes corresponden gentilmente del internet -Hiroshima y Nagasaki 70 años
después de la bomba atómica, por Amy Goodman y Denis Moynihan-. La mayoría de
los datos fueron recogidos en mis tiempos de estudiante, escolar y
universitario, que nunca olvidaré. Otros han sido confirmados en fuentes que
están a disposición de todo el mundo en esta maravilla que conocemos,
Internet.
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