Todo individuo que
intimida a una persona con un arma, es un cobarde
Los delincuentes
intimidan a una persona con un arma.
Por lo tanto todo
delincuente es un cobarde.
La
delincuencia no es tratada como se merece. Los cronistas policiales, en su
mayoría parecieran que resaltaran las actividades delictivas, basta con leer
los titulares de los diarios y las mismas crónicas.
Indudablemente
existen muchas formas de robar, quitar, arrebatar, despojar, un bien a una
persona. No me refiero a los estafadores, extorsionadores, ni mucho menos a los
delincuentes cibernéticos. En este caso definitivamente estoy identificando a un
tipo de sujeto, me refiero a aquellos que utilizan un arma blanca o de fuego
para intimidar a otra y despojarle de sus bienes.
Si
observamos detenidamente, como un delincuente, hampón, actúa, deliberadamente,
para asaltar, robar, secuestrar, etc. es fácil llegar a esa conclusión. Porque ahora
se tipifica como un DELINCUENTE a un individuo que comete un delito, que
desarrolla una acción criminal, gira en torno al derecho penal.
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Un cobarde asaltante, revólver en mano |
Del
mismo modo se tipifica como delito, aquel acto puede ser cometido por una, dos
o más personas pero se debe analizar a cada persona por separado. Que perjudica
o hace daño de forma encubierta por carecer de valor.
Hay
un añadido a la fechoría y es que el delincuente cuando va a cometer su
reprobable acto, se encuentra borracho, drogado al extremo. Es incomprensible
que autoridades judiciales minimicen tal situación a la hora de calificar el
acto delictivo. Por eso no es nada de extraño que se vincule, alcohol, drogas,
asaltos, robos.
En
primer lugar hay que modificar el lenguaje de las noticias. Es absurdo que se
diga “feroz”, “terrible”, “temido delincuente” comete tal fechoría. En primer
lugar se están exaltando los ánimos de estos desquiciados sujetos. Ellos
verdaderamente se ubican en ese plano. Inclusive llegan a decir, “Soy el feroz
Orejón” y como añadido a esa intimidante presentación, muestran un arma –que
puede ser réplica o verdadera-, que la víctima de ninguna manera va a imaginar
que el arma es o no es real, o es que vamos a pedirle al asaltado que nos diga
con certeza que diferencia y que tenga la certeza que el delincuente uso un
arma real o réplica cuando lo atracaron.
En
toda crónica policial se debe tipificar, como cobarde al sujeto que provisto de
un arma amenaza, hiere o mata a una víctima. Porque hay que remarcar que un hampón
sin un arma no es capaz de sostenerse como lo pintan.
En
el Callao, he visto, he sido testigo de cómo una persona, común y corriente, a
mano limpia le daba su merecido a un delincuente que le había mentado la madre.
Ojo, el paria había asesinado a cinco personas con cuchillos, revólveres,
machete. Y por cierto el indeseable en lugar de mantener su postura de rival a
puño limpio. Lloraba ante las fuertes cachetadas y puñetes que le propinaba el
pacifico vecino. Inclusive, éste rogaba que no le pegaran más.
Si
se comienza a cambiar el vocabulario respecto al trato que se le debe dar a los
delincuentes, no creo que la cosa vaya a cambiar de la noche a la mañana, pero
se va a demostrar en la práctica lo que son los delincuentes, unos MISERABLES
COBARDES. Total el periodismo es educación y hay que hacer docencia sin temor a
nada.
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