LOS JUEVES
DEPORTIVOS DE LOS HERMANOS DE LA VI CUADRILLA DE LA HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS
MILAGROS DE MAGDALENA DEL MAR
A
quién se le habrá ocurrido la idea, se sabe, pero es mejor no decirlo. Y es que
de un tiempo a esta parte se vienen desarrollando LOS JUEVES DEPORTIVOS DE LOS
HERMANOS DE LA VI CUADRILLA DE LA HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE
MAGDALENA DEL MAR, en un local pequeño pero acogedor, en el distrito de
Magdalena del Mar, las bochas. Más que esparcimiento, es un momento de unión,
de confraternidad, de hermandad, donde se practica el deporte de las
multitudes, con entusiasmo, con sano espíritu deportivo.
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Los hermanos listos, en la cancha, para disputar el partido |
La
reunión comienza a las 7 y 45 pm. Los hermanos comienzan a llegar, se van
cambiando y a las 8 pm en punto se da inicio al partido de fulbito. Cada equipo
tiene un polo o distintivo de diferente color para que no se confundan los
contendores. No hay necesidad de árbitro, ni de jueces de línea, se juega a la
legal. Las faltas son reconocidas, así como los goles, los triunfos y las derrotas.
No hay llanto por la derrotas, todo el alegría jolgorio
Es
muy cierto existen oportunidades en que personal que asiste para nuestro
encuentro deportivo excede la cantidad como para que se dispute un solo
encuentro. Entonces, como todo está dispuesto surgen los famosos triangulares o
cuadrangulares. Eso si nadie se queda sin participar de esta fiesta sana como
deportiva, que no deja de ser competitiva.
El
Capataz de la cuadrilla, casi nunca falta, es uno de los más entusiastas, con
días de anticipación va participando a todos los hermanos por medido de
WhatsAapp de la hermandad. La convocatoria es recepcionada por todos los
hermanos, uno a uno van confirmando su asistencia.
El
costo del alquiler del campo deportivo de grass sintético, es cubierto por todos
los “peloteros”, en partes iguales, aunque eso no es lo importante.
Lo
importante, es que en la competencia sale a relucir, durante los partidos
disputados, el carácter de cada jugador su temperamento, su entrega, sus ansias
por meter el ansiado gol en el arco contrario o en todo caso el afán de defender
su campo para que su valla quede invicta o en todo caso reciba menos goles.
Luego
del partido o de los partidos de acuerdo a la concurrencia, previo aseo o
refrescada, se realiza un hermoso encuentro, un compartir entre hermanos, la
confraternidad reina en ese ambiente, donde no importa nada más que la hermosa
amistad que se confunde con la hermandad.
Sentados
alrededor de la gran mesa de pronto las cucharas repiquetean, falta una
guitarra que seguro pronto se adherirá, los cantores, se asoman haciendo gala de
las canciones de su preferencia como del mismo satisfaciendo los pedidos. Y entre
canción y canción surgen las anécdotas deportivas y muchas ideas y recuerdos más
que hacen inolvidable la noche.
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