Fue un hombre siempre dispuesto al diálogo, el Dr. RAÚL
GARCÍA ZÁRATE. Recuerdo la primera vez que nos encontramos en el Viejo Teatro Municipal, bailar, actuar, en ese recinto de cultura, era la consagración de todo novel o conato de artista como lo fuí yo.
El que escribe tendría 22 años y con la Compañía “Hatun Perú” hicimos nuestra primera actuación. Sentado el maestro entre las candilejas, esperaba su turno. Dío la casualidad que al ingresar en tropel el grupo de la Chonguinada que íbamos a interpretar, perturbamos con la bulla que hacíamos. Los guapeos tanto de los varones como de las mujeres se escuchaban, a pesar que la orquesta típica ya daba sus primeros acordes.
Sin inmutarse, el maestro RAÚL
GARCÍA ZÁRATE, tañía su guitarra. Fue suficiente para este jovenzuelo de ese entonces admirar el arte del palo trinador.
RAÚL GARCÍA ZÁRATE, ingresaba, dos números después de nosotros. Dejé a mis compañeros y me acerqué más por la admiración que la curiosidad. Sonriendo, extendí mi mano y él, también sonriendo, me la estrechó con afecto y sencillez; como si me conociera desde mucho tiempo atrás.
Envalentonado le pregunté. Dr. por qué le dicen “walpa sua” (ladrón de gallina) a los ayacuchanos. Con su paciencia característica respondió: “Es que cuando invitan a un ayacuchano a una fiesta, éste va y se divierte de lo lindo cuando llega el amanecer, dice ya vuelvo, voy a traer algo. Y efectivamente retorna trae consigo una gallina, la cual es preparada en una sustanciosa sopa. Luego la fiesta continua. Se consume el potaje y todos felices.
Al día siguiente viene la verdad. Sucede que el dueño de casa va a recoger los huevos, en su gallinero y se da cuenta que le falta una gallina. Ahí recién repara que la gallina que degustaron el día anterior es su gallina. Es decir fue sustraída, robada por el amigo que invito el ave. Ambos terminamos jaraneándonos por la ocurrencia del Dr. RAÚL GARCÍA ZÁRATE.
En otra oportunidad narraré otra de las anécdotas que me tocó vivir con los grandes, del arte peruano, que tuve la suerte de conocer.
RAÚL GARCÍA ZÁRATE, ingresaba, dos números después de nosotros. Dejé a mis compañeros y me acerqué más por la admiración que la curiosidad. Sonriendo, extendí mi mano y él, también sonriendo, me la estrechó con afecto y sencillez; como si me conociera desde mucho tiempo atrás.
Envalentonado le pregunté. Dr. por qué le dicen “walpa sua” (ladrón de gallina) a los ayacuchanos. Con su paciencia característica respondió: “Es que cuando invitan a un ayacuchano a una fiesta, éste va y se divierte de lo lindo cuando llega el amanecer, dice ya vuelvo, voy a traer algo. Y efectivamente retorna trae consigo una gallina, la cual es preparada en una sustanciosa sopa. Luego la fiesta continua. Se consume el potaje y todos felices.
Al día siguiente viene la verdad. Sucede que el dueño de casa va a recoger los huevos, en su gallinero y se da cuenta que le falta una gallina. Ahí recién repara que la gallina que degustaron el día anterior es su gallina. Es decir fue sustraída, robada por el amigo que invito el ave. Ambos terminamos jaraneándonos por la ocurrencia del Dr. RAÚL GARCÍA ZÁRATE.
En otra oportunidad narraré otra de las anécdotas que me tocó vivir con los grandes, del arte peruano, que tuve la suerte de conocer.
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