Carlos José Fernández Revoredo
El
daño moral que le está haciendo Pedro Pablo Kuczynski al país, con el indulto
al criminal Fujimori, es mucho mayor que el daño económico que le hizo durante
tantos años de satraperías económicas. Es decir que su angustia por no ser
vacado lo ha llevado a preparar una de las peores y más vulgares violaciones al
derecho, al haber permitido que se preparen condiciones especiales que simulen
los requisitos indispensable para el otorgamiento de este perdón presidencial e
incluso agravándolo con el derecho de gracia otorgado que impediría que este
sujeto sea juzgado por otros casos que aún están pendientes. Es decir que este
acto presidencial ha burlado con la complicidad de otros ministros implicados
(incluida Mercedes Araoz) la ejecución de un debido proceso, por ejemplo
permitiendo que un miembro del equipo médico particular del preso forme parte
del comité evaluador, del cual dependió básicamente la justificación del
indulto humanitario. Por otro lado la negación de los ministros al periodismo
que les inquirió sobre si existía este proceso en trámite, mientras ya estaba
en ejecución este ilegal procedimiento, los descalifica moralmente y deberían
ser pasibles sanción.
Si
al poder judicial le queda un rasgo de moral debe aceptar los recursos que
piden la anulación de esta aberrante decisión de PPK porque convierte el estado
de derecho en un miasma jurídico, no solo vergonzante sino contaminante de todo
acto legal.
Sale
a dar la cara con todo cinismo la Aráoz pues está convencida de que cuenta con
el apoyo de los hipócritas para su farsa de la reconciliación nacional, cuando
esto en realidad lo que hace es partir al país en dos e incluso el propio
ex-reo se atreve a ofrecer sus buenos oficios en una tarea pacificadora (justo él,
el asesino) y no se guarda su tufo critico contra quienes se oponen tildándolos
de oportunistas o de intereses mezquinos. Y claro el periodismo y los
empresarios fujiapristas aplauden. Así también miles de nazis aplaudieron al
peor criminal de la historia de la humanidad Adolf Hitler.
Los
abogados oportunistas y mermeleros ensayan sus teorías sobre la imposibilidad
de anular este beneficio irregular, olvidando que no es el hecho concretado lo
que ya está en cuestión, sino el origen del mismo que lo convierte en irrito y
debe ser el inicio para un proceso contra PPK por un fraude usando sus
facultades de mala forma y sin apego a la Ley, pues hay que recordar que si le
asiste el derecho a dar estos beneficios pero siempre con el cumplimiento lo
que prescribe la Ley, no hay que ser abogado para darse cuenta de eso.
SEÑORES
ABOGADOS Y DEMÁS DEFENSORES DE ESTE NEFASTO INDULTO, LA MORAL NO SE APRENDE EN
LAS ESCUELAS, NI EN LAS MEJORES UNIVERSIDADES, NI SE ADQUIERE CON MAESTRIAS NI
DOCTORADOS, SE APRENDE EN EL HOGAR.
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