LA IMPUNIDAD GENERA MÁS VIOLENCIA Y NUEVOS CASOS
de Instituto de Defensa de los Derechos del Menor-IDDEREM.
Arrastrar a una mujer tomándola bruscamente de los cabellos o los brazos, de la forma más vil y cobarde, humillandola de la peor forma, fue noticia con Arlette Contreras en Ayacucho; y por la manera displicente e injusta con que la fiscalía y el juzgado asumieron este caso, se alentó y promovió el delito y se vieron luego actos similares. Ya lo vimos, por ejemplo, con la criminal acción en contra de Micaela de Osma, en Miraflores.
Lo mismo pasa con el caso Sodalicio. El cardenal Cipriani y el Tribunal Eclesiástico dijeron en el 2015 (y hasta ahora) que las denuncias de violación sexual que se den al interior del Sodalicio deben ser vistas y procesadas en Roma, no en el fuero civil. Y la historia se viene repitiendo por esta criminal actitud, pues en el Seminario Menor de Moyobamba, donde se forman niños desde los 12 años para ser sacerdotes, cuatro niños denunciaron a un director espiritual por delitos contra la libertad sexual. El obispo lo ocultó en julio de este año en la Catedral de Moyobamba y dijo: Por decisión del obispo de la región estará el sacerdote denunciado dentro de esta sede eclesiástica “hasta que el Vaticano decida qué es lo que debemos de hacer”. Luego el pueblo indignado logró que sea detenido e ingresado a un penal. Pero tres presuntos cómplices siguen con los niños las 24 horas en el mismo seminario menor.
Verdaderamente es vergonzoso los hechos que se narran. Una mujer no puede ni debe ser agredida por un sujeto que se dice ser hombre. Eso es cobardía. las autoridades deben intervenir con energía, una buena sentencia le quitara a ese cobarde todas las ganas de agredir a un a mujer.
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