HISTORIA
DEL CUSCO –EL OMBLIGO DEL MUNDO
BREVE RESUMEN DE LA CAPITAL
ARQUEOLÓGICA DE AMÉRICA
La
Ciudad de Cusco está ubicada en el valle del río Huatanay, en la sierra sur del
Perú. Su nombre en quechua, Qosqo, significa "Ombligo" o en forma
figurada, “centro” o “punto de encuentro”, pues desde la ciudad del Cusco que
fue la capital del imperio incaico o Tahuantisuyo partía una vasta red de
caminos (Camino Inca) que se dirigía a los cuatro suyos o regiones, que
conformaban las 4 partes del universo en la cosmovisión andina. Considerada por
los incas “morada de los dioses”, Cusco es, sin duda, la ciudad más fascinante
de los andes.
Cuenta
el mito que la capital Cusco fue fundada por Manco Cápac y Mama Ocllo, hijos
del dios Sol que salieron del lago Titicaca con la misión de buscar un lugar
que fuese el centro de un gran reino. El segundo mito narra las hazañas de
cuatro hermanos míticos y sus respectivas compañeras, que salieron de las
cuevas de Pacaritambo y se indica que la pareja formada por Ayar Manco y Mama
Ocllo fundaron la ciudad. El mito retrata la importancia ritual del Cusco, pero
olvida a sus predecesores como los habitantes de Marcavalle, Huaura y Chanapata
(1000 A.C.), o los establecimientos Tiahuanaco - Wari (750 D.C.) que ejercieron
marcada influencia, lo cual se hace visible en las ruinas de Piquillacta y
Choquepuquio.
Los
estudios indican que se formó un señorío hacia el año 1200 en la cabecera del
valle del Cusco, en un comienzo convivio y rivalizo con varios otros grupos de
similar poderío, luego fue haciéndose más fuerte y termino dominando todo el
valle y luego toda la región cusqueña, este grupo humano que en algún momento
tomo el nombre de INCAS fue el portador de la cerámica denominada “Killke”.
Se
considera el año 1438 como fecha aproximada de la coronación de Pachacutec y
los casi 100 años que corren desde entonces hasta la irrupción de los españoles
son los de la acelerada expansión incaica, el altísimo grado de desarrollo
cultural que alcanzo no se puede explicar sin la herencia Wari, así como las
redes de caminos construidas para conectar la capital del imperio con sus
centros regionales. También los principios de reciprocidad y dualismo que es la
base de la concepción del mundo andino, ayudan a entender su rápida expansión.
Los Incas originalmente dividieron el Cusco en dos mitades Hurin y Hanan
(arriba y abajo), luego al expandirse estas dos mitades se subdividieron en
otras dos resultando cuatro sectores conocidos como: Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo
y Contisuyo. Esta misma división se extendió a todos los territorios
conquistados. En el momento de mayor auge el imperio que tenía como centro el
Cusco abarco los actuales territorios del sur de Colombia, hasta los valles
centrales de Chile, abarcando el altiplano boliviano y el noreste de Argentina.
Las
huestes de Pizarro, llegaron al Cusco en 1533 y llevaron a cabo la fundación
española el 23 de marzo de 1534 de “la muy noble y muy leal ciudad del Cusco”,
sin embargo la sublevación de Manco Inca en 1536 abre un largo periodo de
resistencia incaica, que tras sitiar la ciudad se refugian en Vilcabamba. El
último episodio de esta lucha fue la trágica ejecución del joven inca Túpac
Amaru, el último de los hijos de Manco Inca, por orden del virrey Francisco de
Toledo que tuvo como escenario nuevamente el Cusco. Una vez consolidado el
dominio español la antigua capital incaica se convirtió en la ciudad más
importante del Virreinato del Perú después de Lima. El arribo de una nueva
cultura transformó los templos y palacios incaicos en casonas e iglesias
coloniales. La ciudad poco a poco fue convirtiéndose en símbolo de mestizaje,
no sólo arquitectónico sino principalmente cultural.
El
terremoto de 1650 redujo a ruinas la ciudad del Cusco y los alrededores pero
dio ocasión para iniciar el nuevo arte cusqueño bajo el mecenazgo del Obispo
Mollinedo, quien en su propósito de reconstruirla, alentó el desarrollo de la
arquitectura, la talla en madera y la pintura.
El
Cusco fue escenario de varios movimientos de resistencia andina, entre los que
destaca el de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, en 1780. El rebelde
enfrentó a corregidores y autoridades que intentaban aplicar una serie de
reformas y maltrataban a la población andina.
Tras
la declaración de la Independencia, el Libertador don José de San Martín creó
el departamento de Cusco el 26 de abril de 1822 aunque fue recién en 1825, con
la llegada de Simón Bolívar, que se romperían definitivamente sus lazos con la
corona española.
Actualmente,
Cusco es uno de los centros más importantes de la actividad turística en
América del Sur y el mundo; es una ciudad cosmopolita donde la historia late a
cada paso, donde se ve a personas de todas las nacionalidades, caminando entre
muros incas, donde existen modernos servicios turísticos y en el que la noche
gira intensamente alrededor de restaurantes, bares y discotecas. Cusco,
"Capital Arqueológica de América", es una ciudad abierta al mundo,
que acoge con los brazos abiertos a los visitantes, quienes observan maravillados
su extraño cariz, que fusiona en un mismo ambiente urbano y con particular
armonía, monumentos precolombinos como el Koricancha (Templo del Sol), el Ajlla
Wasi, el Amaru Cancha (Cerco de Serpiente), el Kiswar Kancha, entre otros; con
joyas del mestizaje como la Catedral, la Iglesia y Convento de la Merced y el
Templo de San Blas.
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