MADRE CORRIGE A SU HIJO EN LA COMISARÍA POR ROBAR, CON TREMENDA PALIZA.


MADRE CORRIGE A SU HIJO EN LA COMISARÍA POR ROBAR, CON TREMENDA PALIZA.


Primero vean en vídeo ¿Dónde están las defensoras que al niño no se le maltrata? Una cosa es el maltrato y otra la corrección.
Corregir a un niño es un acto racional y normal de los buenos padres. Por eso, nuestra sociedad va en decrecimiento moral, los jóvenes van al oportunismo, se convierten en rapaces. Delinquen y hasta matan por un celular. La familia está en crisis.
Nuestra sociedad no se puede convertir en tierra de nadie donde, el niño y el adolescente, amparado en un «Código» mal interpretado, donde solo les permiten, «les enseñan» ver sus derechos y no los deberes, que también ahí figuran.
El problema del niño y del adolescente está en el hogar primero y también es reforzado en la escuela. Con una formación permisiva, tolerante hasta el extremo. En la casa lo sobreprotegen y en la escuela solo le hacen ver sus derechos y no sus deberes.
Ha pasado mucho tiempo en que los padres verdaderamente corregían a sus hijos. Hoy en la escuela no les puede decir nada, porque ahí mismo viene la mamá y denuncia al docente por maltrato verbal. Luego de un proceso, disciplinario, al que someten al docente; éste es sancionado con suspensión en su puesto de trabajo y los descuentos respectivos de su salario. La madre y el niño se van felices porque consiguieron que se les hiciera «justicia».
Los padres no tienen tiempo para conversar con sus hijos y muchos menos ni intentan corregirlos. Argumentando que la vida es demasiado dura.
No les dicen nada cuando traen, a casa, un lápiz u otro objeto que ellos no les han comprado. Reciben una queja de alguna falta en la calle y no les dicen nada a los hijos.
Las municipalidades por medio de sus matrimonios masivos deben impartir una escuela de padres y hacerles seguimientos.
Muchos padres son llamados por los docentes en sus colegio; pero sin embargo con el pretexto de que trabajan, no se dan la molestia de enterarse el por qué han sido llamados.
Es cierto que hay diferentes formas de castigo, pero cuando el niño o adolescente se convierte en un tipo reincidente en la falta, es urgente hablar con claridad y firmeza de las consecuencias que tendrá el hecho de seguir haciendo lo que no debe. En otros casos, en que los hijos se quieren sobrepasar; urge que los padres energía, rigor o pongan mano dura, a los párvulos para poder corregirlos. Aunque sea doloroso tanto para el padre como para la madre.

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