POR AMOR

POR AMOR


Realmente existen bastantes motivos, anécdotas, para escribir acerca del CNMx «Nuestra Señora de Belén» Ventanilla Callao. Pero para escribir, he escogido un hecho que me parece bello, ejemplificador. Ante todo no hay nada de malo en ello, de ahí el título POR AMOR
Cesar «El Mono» Altamirano Alcázar
Existen estudiantes que llevé desde primero a quinto de secundaria, trabajando Historia del Perú, Educación Cívica, Psicología, Economía Política y Filosofía y Lógica, diferentes materias.
Esto sucedería entre 1980 hasta 1985 en que trabajé en este plantel. No voy a mencionar nombres ni apellidos, para crear la inquietud de que se identifiquen a los protagonistas.,
Total «Nuestra Señora de Belén», es un plantel mixto y se podía percibir los conatos de romances que existían a tan temprana edad.
Como siempre les pedía a mis estudiantes que pensaran, no que repitieran, al pie de la letra lo que traían los libros. Eran verdaderamente unas joyas a las que encontraba en cada clase. Cada estudiante es un mundo totalmente diferente. El caso fue que lanzaba preguntas y a quienes las respondían, bueno iba éste iba acumulando puntaje. Porque los, resultados de los exámenes nunca han sido reflejo de lo que es un alumno, al menos para mí. Para mí, los exámenes de bimestre tenían un valor relativo. Podías salir desaprobado en la evaluación; pero si trabajabas bien, sabías algo, pues ni modo, estabas aprobado.
Así pues, lancé la primera pregunta y levantó la mano un varoncito que realmente no recuerdo su nombre ni su apellido; pero lo veo lo identificaría y le haría recordar el hecho. Lo cierto es que a este alumnito -no es peyorativo-, ese día se había sacado la suerte respondió las tres preguntas, formuladas, asegurando su Bimestre. Porque no era uno de los que sobresalía en Historia.
Lo primero que buscaba era ayudar a quienes estaban mal y recuerdo que encontré a una chica, la pregunta era muy sencilla -Como ¿de qué color es el caballo blanco de San Martín?-. No la supo responder. En eso lanzó rápidamente otras dos o tres preguntas y es ahí que este chiquito de un segundo o tercer grado de secundaria, no recuerdo exactamente, levanta la mano y me pide la palabra entonces le digo:
     - Mira, por favor dale oportunidad a otro u otra que realmente lo necesite,            total tú ya tienes seguro todo.
Recuerdo que bajó la mano, se rascó la cabeza, y sonriendo, aceptó resignado mi decisión, siempre sonrosado, avergonzado. Ahí mismo es donde él nuevamente levanta la mano y cuando le iba a pedir que baje la mano porque estaba tratando de ayudar a alguien, que verdaderamente lo necesitaba, él todo sonrojado, pero estoicamente, dijo,
     - Profesor, disculpe, quiero pedirle un favor.
Rascándome la nuca, acepté el diálogo, asintiendo con la cabeza. Entonces acotó
      - Mire profesor, estoy viendo que Chavela, no puede con las oportunidades          que usted le está brindando. Permítame a mi, dar un oral, por lo menos,            por ella, por favor...
Terminó rogando. Me conmovió, mis más íntimos sentimientos, el gesto de solidaridad del chico. Era momento de dar una lección, así es que la aproveché y respondí
       - Es bello, el gesto que tienes lo que tú estás haciendo por tu compañera.             Pero, cada quien es responsable de sus estudios ¿qué te parece si en el             recreo que sigue conversamos al respecto?
Resignado aceptó. En el recreo, nos encontramos. Él me buscó propiamente. Frente a frente a boca de jarro, entonces le pregunté
       - ¿Por qué realmente has hecho eso?
Sin titubeos, muy seguro de si me respondió
        - Es que yo amo a Chavela. Estoy enamorado de ella. Ya me le he                        declarado varias veces y ella siempre me ha shoteado.
No sé, pero para mi fue un hermoso gesto de amor, que llegaba al holocausto de no ser correspondido.
Por eso he escogido a un intérprete chalaco como lo es Cesar «El Mono» Altamirano Alcázar.
Total todos los protagonistas de este evento son chalacos y todo se desarrolló en mi querida Provincia Constitucional del Callao. No podía ser de otra manera.


PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.




Comentarios