LA PARTIDA DE YANINA ELIZABETH ROJAS LAREDO
No existe dolor más grande, inmenso, que el asomo de un ser querido a la inmensidad. No se puede comparar con nada. Lo digo, yo, porque perdí a mi padre en un abrir y cerrar de ojos. Si, es que muchas veces sucede tan de pronto que apenas hemos visto a nuestro familiar, horas, minutos, segundos antes.
Siempre nos negamos a creer que ya no veremos, con nosotros, nunca más, a ese ser querido. Y es que su prístina imagen se pierde, entre tantas vistas que vemos a diario.
No sé por qué nos aferramos a alguien que sabemos de todas maneras es un pasajero en esto que llamamos vida y la muerte nos da. Me parece ilógico, irreal que un día vaya a su casa y no me vuelva a encontrar con ella. Ella tan estudiosa, tan trabajadora, tan formal, tan magnífica persona. Pero, lamentablemente así es la vida.
Su lugar, su espacio es irremediablemente irreemplazable. Su alma de maestra seguirá al frente de «Mi amigo Jesús». Nadie realizará la inmensa tarea como solo ella lo sabía hacer. Era múltiple, lo miraba todo. Siempre lista para solucionar cualquier situación que afectara, la institución educativa, devota hija, amada esposa querida como madre. Siempre vivirá ente nosotros su carácter, su perseverancia.
Este lunes 10 de junio su recuerdo estará al frente, del plantel, como si nada hubiera sucedido. Nadie la vera; pero ella comprobará que todo marcha muy bien como lo dejó cuando estaba bien de salud.
Esto, no es un adiós, definitivamente, es un hasta luego Yanina, pronto nos veremos nuevamente y nos reuniremos como familia que somos. Y conversaremos de tantos proyectos que siempre querías realizar.
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