LOS LUNES DE LITERATURA

LOS LUNES DE LITERATURA

LOS AIRECILLOS DEL AMOR

ES GRATO PRESENTAR UNA PERSONA SENSIBLE, QUE TAMBIÉN DEMUESTRA DOMINIO DEL LENGUAJE. QUIERO DAR UN ESPACIO EN LA ESQUINA DE PERCY ANTONIO, A TODA PERSONA QUE CREE QUE LA POESÍA A MUERTO. NO LA POESÍA, NUNCA MORIRÁ, PORQUE SIEMPRE HABRÁN PERSONAS QUE AMEN Y SEAN CORRESPONDIDOS; Y POR OTRO LADO LOS NO CORRESPONDIDOS, LOS INCOMPRENDIDOS, QUE CADA LECTOR SE UBIQUE EN EL GRUPO DE SU PREFERENCIA. BIENVENIDOS, MUJERES Y HOMBRES DE LETRAS.

Luis Manuel López Farfán

¡Y llegó la primavera! Se inicia la estación que presagia contagiantes días de tibio sol. Dejamos atrás los borrascosos meses de frígido clima. Ya escuchamos sones de trompetas que encandilan nuestro sentir; nos invitan a observar bellezas que permanecieron ocultas, "¡Oh Sol, sin ti las cosas serían sino lo que ellas son!". Fiat lux.
A propósito de la primavera, acaba de concluir la reunión anual de poetas que convoca cada año contra vientos y mareas el prestigioso aeda, Harold Alva. Este ha sido el "VII Festival Internacional Primavera Poética". Lo hemos seguido los cuatro días on line. Cada uno de los ponentes nos mostró sus herramientas; fue algo así como una puerta: la abrieron y nos alojamos; conocimos la majestuosidad de sus interiores.
Tantos rostros conocidos. La amiga de los lunes, la poeta Nora Curonisy Lostaunau, nos entregó sus copiosos matices intimistas que ardían y no con fuego fatuo. Al avistar esta fiesta de la poesía, recordé a Chocano: "Bienaventurados los pueblos que aman a sus poetas, porque de ellos es el reino de la inmortalidad. Que así sea.
Estos aires primaverales me traen lejanas reminiscencias. Mi hermana Emma, en sus estudios primarios fue elegida niña reina. La veo primorosamente vestida de organza, toda de blanco, con su alba tiara de colorida pedrería y su capa de terciopelo rojo, cantando ante las lagrimeantes miradas de mis padres: "Primavera, primavera, de natura que canta; alegría, alegría, de la juventud..." . Seguro muchos recuerdan la tonada, hasta ahora.
Gran riqueza verbal existe en cada vocablo. Los que hacen uso de ella, lo saben. Hay escritores que repiten con constancia algunas palabras. Leyendo unos poemas de Mallarmé observo la insistencia por
"Divagación"; nuestro admirado Luis Alberto Sánchez expresaba a los cuatro vientos su sentir por "Bitácora" o Filosofía; a Joyce, le fascinaba "Archipiélago"; la palabra "Incitación" le parecía a Ortega y Gasset, una de las más bellas; No se queda atrás el querido Bryce al pregonar que fue seducido por ""Tambopata"; y, meto mi cucharita para contarles que de un viaje hace muchísimos años por Chiclayo, me engolosinó el nombre de un pueblito "Licurniqui". Es lo que hasta aquí recuerdo. Cada fabulador es dueño de un vocablo que lo fascina
Siguiendo este hilo noto, con sumo agrado, el poco uso que le están dando las usuarias al vocablo poetisa, que según el DRAE se considera válida en tanto se refiera a las damas que se dedican a la búsqueda del ennoblecimiento y belleza de las palabras; se está prefiriendo la de poeta: seguramente en consonancia con los tiempos modernos. Me gusta así. Hay más eufonía y un agradable sonidito en contraste con el de poetisa que exhala un tufillo minusvalorativo. En fin...
Después de estos batiburrillos, me dirijo a ti; sí, a ti, que estás leyendo. Yo sé que estuviste o estás perdidamente enamorada (o) de aquella persona que hace tintinear tu corazón con solo recordarla o verla. Si haces un ligero esfuerzo la evocarás con ternura y si está a tu lado, la contemplarás con ojos ensoñadores. Ello es que, hombre y mujer nos embobamos cuando la flechita de Cupido nos hiere mortalmente. Son instantes mágicos: se nos sube la bilirrubina, dixit, Juan Luis Guerra.
De verdad, queremos vivir en ese estado de gracia lo que nos resta de vida; logramos unir espiritualmente lo cóncavo con lo convexo: el empalme perfecto para caminar alborozados por la vida.. Empero, hay instantes en que fuerzas extrañas tratan de desequilibrar la armonía existente; son aquellos que nos malquieren gratuitamente o el Otelo que siempre está agazapado o el inclemente paso del tiempo que pretende mermar la pasión. Amado Nervo, plácido él, nos dice: "...Amé y fui amado, el Sol acarició mi faz, vida nada me debes, vida estamos en paz". Lindo colofón para una existencia, ¿verdad?
Un poeta con rimas mayores, nos recuerda: "...mientras halla en el mundo primavera, ¡habrá poesía!
Y como un envoltorio de la primavera es el amor, les alcanzo mi desesperada queja ante lo irremediable en la vida: el inclemente paso del tiempo que hace abundar horas, días años. ¿Cómo lo detenemos?

PERMANENCIA DEL AMOR
 
Contengo la ensañada brisa
que presurosa, rauda,
sigue mis huellas desperdigadas
en las acuosas montañas,
en los escarpados abismos,
en los vírgenes prados,
y en los bosques encantados
donde palpé, por primera vez,
el ensortijado negruzco
de tu centelleante cabellera.

Por ello,

No permito que el tiempo
avasalle lo imperecero en mí.
No quiero que desmiembre
ninguno de los instantes,
eternizados en mis trovas,
inspirados y cantados al viento,
al exhalar los aromas
que se desengarzaban de tus ojos.

Sepan,
Luis Manuel López Farfán

Que no aceptaré
a ninguna dolorosa vertiente
de la vívida naturaleza
o de la deleznable edad
escurrirse sibilino
para iniciar conmigo
su gesta degenerativa,
dispersando mi "divino tesoro".

Porque,

No lo permitirán quienes
hoy son mis tiernos moradores
yacentes bajo una mata de lilas
y asidos y aferrados a la vida:
mi permanente pensar en ti
mi infinito vivir en ti
mi perpetuo morir en ti.

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