EN EL MAR NADA SE DESPERDICIA.

EN EL MAR NADA SE DESPERDICIA.

PERCY ANTONIO COLLAO ALVA

En el mar, en verdad, impera la ley del más fuerte. Un segundo puedes engullirte a alguien y al siguiente segundo alguien más grandes te pueden engullir.  No hay depredador que dure mucho, un tiburón puede ser devorado por una morena. Inclusive se te descuidas viene uno de esos meros de 500 kilos y de un solo bocado ya fuiste.

Por ejemplo en el vídeo que he subido, una ballena, debido a que causas habrá muerto. No creo que haya sido una muerte natural. Debió haberse intoxicado con tanto plástico que abunda en cantidades industriales, por ahí.

El asunto es que su pesado cuerpo fue a dar al fondo del mar y se aparecieron los primeros oportunistas, los tiburones, comieron hasta saciarse, enseguida siguieron, los otros peces, pulpos, calamares, cangrejos, etc. Al final de cuentas solo quedó el enorme esqueleto del cetáceo, cual barco antiguo hundido.

Pero como siempre aparece al último, el malo de la película, apareció el hombre, vaya que cada vez construye naves más grandes y depreda todo lo que encuentra a su paso. A cada especie le encuentra una bondad, un beneficio, algo que aprovechar. Y la explota inmisericordemente hasta que la llega a extinguir. En mar abierto, aguas internacionales, no hay ley que proteja a ninguna especie. Los países están a su libre albedrío, en cuanto a pesca se refiere.

Antes se daba la infame pesca de arrastre, como algo normal. Se llevaban todo. No dejaban nada. Nuestro ex Presidente José Luis Bustamante y Rivero luchó por mucho tiempo hasta que la mayoría de países del mundo, casi respetan, las 200 millas marinas.

Hace poco la Armada argentina hundió a una nave china que estaba pescando en su mar. Eso está muy bien. La casa se respeta. 

Hasta hace poco naves chinas, chilenas y ecuatorianas, muy campantes pescaban dentro de nuestras 200 millas marinas la Marina de Guerra del Perú, por falta de presupuesto, no puede ha­cer operaciones de captura de esas embarcaciones como sí lo hacen Argentina, Chile y últimamente Ecuador. O en todo caso hundirlas. No faltaba más.