NO UTILICEN LA RELIGIÓN, EN BOLIVIA.

¿NOS QUIEREN HACER VIVIR EL SIGLO XVI EN AMÉRICA DEL SUR NUEVAMENTE?

PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.

Estas lineas está escritas con profundo dolor. No hay nada de reproche, ni cuestionamientos, a nuestra Santa Iglesia Católica. Pero el Vaticano debe pronunciarse al respecto: NO SE UTILICE LA RELIGIÓN CATÓLICA PARA LA EXPLOTACIÓN. ¿Qué es eso de utilizar la Santa Biblia con fines políticos?

Cuando llegaron lo españoles y nos «descubrieron», posteriormente nos «conquistaron» -léase «INVADIERON» utilizaron como instrumento para cometer toda clase de abusos y atropellos, la Religión Católica. El analfabeto, ladrón y homicida, de Francisco Pizarro, en complicidad con el criminal con hábito, de los dominicos, Fray Vicente de Valverde. La tarde que sucedió el genocidio de Cajamarca grito: «Santiago las sagradas escrituras por los suelos, venganza» Y el resto de la historia ya es conocida -pero un día me daré tiempo para describir el genocidio que hicieron los invasores ese día-.

Hoy día viene, la abogada, Jeanine Áñez Chávez, «presidenta interina», con la Biblia en las manos diciendo que si «Evo Morales, vuelve a Bolivia enfrentará la justicia». E inclusive a decretado que «ningún militar sufrirá sanción alguna si reprime y destruye la resistencia boliviana». Yo le veo un dialéctico parecido con lo que sucedió aquel 16 de noviembre de 1532, en Cajamarca.

Perú y Bolivia, éramos uno solo hasta el que vino el «libertador» Simón Bolívar, quien para ganarle a Don José de San Martín, hizo que su compinche Antonio De Sucre creara Bolivia. En Puno hay Litio en grandes cantidades y eso es lo que quieren los yanquis, de nosotros.

Pero Evo Morales tiene gran responsabilidad de lo que está sucediendo en Bolivia. Tiene gran voluntad pero no es un estadista de la talla que necesita Bolivia. Sigue siendo el dirigente sindical cocalero con ideas arcaicas.

Por otro lado el pueblo boliviano recién está tomando conciencia de su identidad, de solidaridad. Dios no quiera, pero mucha sangre correrá para que Bolivia vuelva a ser el estado «democrático», que fue antes, que irrumpiera el «comunista», de Evo Morales.