REFLEXIONES DE MI VIDA

PRIMERO TU FAMILIA. Esto no es novedad, en nuestro país los estudiantes de primaria o secundaria. Van al colegio, algunos realizan sus pequeños negocios, venta de caramelos -para sus gastos-, o en todo caso para, poder llevar un pan más a ala casa. Esta versión la recogí del Internet. Más adelante escribiré sobre casos netamente peruanos.
EL NEGOCIO DE SAHID.
EL HOMBRE SOLITARIO
Mi hijo quiere un juego de Nintendo Switch así que le dijimos que se pusiera a ahorrar porque era muy caro. (Estamos tratando de enseñarle el valor de las cosas y el dinero después les damos juguetes carísimos que solo andan tirados y rotos por ahí).
Hay un programa en su escuela donde los dejan hacer negocios pequeños, y nos pregunto si podía vender palomitas caseras para juntar más dinerito y le dijimos que sí mientras él se hiciera responsable de todo. La verdad pensamos que no duraría mucho pero está es su 5ta semana vendiendo los martes y
jueves y el proyecto ha sido muy positivo para él en muchos aspectos.
1. Le prestamos $$$ para arrancar su negocio y comprar sus insumos. Hizo el cálculo de cuánto le costaba la materia prima y el empaque el cual debía ser ecofriendly (son las bolsas de papel). Y definió sus precios. Al final de su primera venta pagó su deuda y aprendió sobre capital, costos y ganancias.
2. Hizo pruebas de sabor con su papá y diseñaron 2 mezclas, de mantequilla y sal y la otra de mantequilla y azúcar. Hizo un sondeo en su cuaderno de cuantos quisieran comprar de cada sabor y me trajo una lista. Me pidió que le ayudara a diseñar su marca y se dio cuenta que con etiquetas sus palomitas se vendían más así que marca y marketing. (Tía Nineth Quintero)
3. Ha aprendido que si fías no siempre te pagan, que hay días en que no todo se vende y a lidiar con la competencia porque hay unas niñas que ahora venden galletas. Ha aprendido a organizarse y comprar sus materiales con tiempo y sabe que si él no me recuerda en el súper o me pide las cosas yo no lo haré.
4. Ha aprendido el valor del trabajo y el dinero. Sabe que debe levantarse más
temprano esos días que su hermano, y que preparar, empacar, subir las cosas al carro, bajarlas y promover su negocio no es fácil. Así que ahora ve algo en la tienda y me dice "ay que caro está mamá" y vale $20 pesos. Ya no escucho el "ándale comprármelo solo cuesta $300".
Pero lo mejor que ha aprendido es lo mucho que puede lograr por sí mismo con una buena idea, trabajando y siendo constante. Dice que se siente orgulloso y que un día juntará para viajar.

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