EL QUE SE PICA PIERDE ... Y POR GOLEADA...

EL QUE SE PICA PIERDE...  Y POR GOLEADA...
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
Existimos dos tipos de personas en el mundo. Por un lado se ubican los que piensan con la cabeza fría y los termocéfalos -fanáticos-.
Una clásica tradición, es la que narra Ricardo Palma en su «Historia de un cañoncito», donde demuestra que la corrupción se ve venir con tiempo.
Con, el historiador, que fue mi profesor, Juan José Vega Bello, teníamos diferencias -respecto la corrupción-, él lo llamaba  alianzas estratégicas. Yo le decía corrupción. Cuando conversábamos con respecto a las conquistas pacificas -invasiones-. Compraban a las principales autoridades, haciéndoles prevalecer sus derechos e inclusive otorgándoles dádivas, regalos mujeres, etc. Para mi eso era coima, traición.
Bueno eran puntos de vista. Un día me daré tiempo para escribir al respecto. Mientras tanto queda el afiche a manera de reflexión. 
No hay peor ciego, que aquel que no quier ver; ni peor sordo que el que no quiere oír. Pero lo peor no conozco un ser inteligente que no quiera diferenciar entre lo bueno y lo malo.
Cuando se quiere justificar algo o a alguien, palabras sobran; no argumentos, no fundamentos, solo palabras. En la vida hay que sopesar lo bueno y lo malo de un gobierno. Aquel que vea solo lo bueno, tiene derecho a pensar y negar la verdad.
Una cosa es que te den un taper con dinero, comida, utensilios domésticos, para un comedor popular -vulgar populismo-, y otro es defender «desinteresadamente», ese es el más peligroso. Porque valgan verdades nadie defiende nada ni a nadie gratuitamente. No estoy diciendo que le hayan pagado económicamente. Pero hipotecarse mental y gratuitamente, con lo inmoral, la corrupción, eso que es concebible, sólo por aquel que lo hace. 
El presidente suicida, defendía capa y espada a Nicolás de Piérola. Habrá tenido sus motivos -y por eso terminó como ya sabemos-. Poco a poco iremos desmitificando a los ídolos de honestidad y probidad hechos de barro.


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