GENOCIDAS, NO SON TRATADOS CON IGUALDAD, EQUIDAD.
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA


Los defensores de Abimael Guzmán dirán: es que tiene más muertos.
Los defensores de Alberto Fujimori, dirán es que tiene menos muertos en su haber. Pero hay algo que es irrefutable e innegable, ambos purgan condena por el mismo tipo de delito.
Como
es posible que mientras un GENOCIDA, purga condena en la Base Naval. Donde es
vigilado las 24 horas del día. Tiene un determinado tiempo a salir a pasear por
un jardín. Y todo el día está encerrado en una fría celda de cemento. No tiene comunicación con nadie. Sus visitas son selectivamente
controladas, personas, horas y días.
Y el otro
acusado por el mismo delito GENOCIDIO, tenga todo un departamento para 130 él,
sus visitas son irrestrictas –entran cuantas veces quieren y hasta la hora que
quieren-. Tiene su laptop, internet, tiene su taller de pintura, jardines,
hasta se cocina sus alimentos preferidos. Hasta tuvo la libertad de coordinar
la última campaña electoral, con sus partidarios.
Por
lo expuesto, las diferencias son sustanciales, desde el punto de vista de
ubicación.
El costo mensual promedio
para mantener a un reo es de S/804; pero para Alberto Fujimori el gasto no baja
de S/36.667. Es decir, mantener a un genocida cuesta igual
que 45,6 presos en penales regulares.
De ninguna manera estoy defendiendo a Abimael Guzmán, que dicho sea de paso lo juzgaron jueces con el rostro cubierto y la voz distorsionadas. Guzmán sabía lo que estaba haciendo, sabía en lo que se metía. Quería a toda costa conquistar del poder por medio de la lucha armada.
En el caso de Fujimori, también sabía en lo que se metía. Quería a toda costa conquistar del poder pero por medio de las elecciones «democráticas». Es má lo hizo premeditadamente sabía lo que estaba haciendo; sabía en lo que se estaba metiendo. Mintió desde un comienzo, -falsa promesa-, NO AL SHOCK, y lo aplicó inmisericordemente, al día siguiente de asumir el poder. Ahí no cuentan los peruanos que murieron de hambre. Estaba enterado de la existencia del grupo COLINA y hasta aceptó sus métodos. Fujimori, también quería el poder y lo alcanzó con mentiras, que posteriormente trajeron los muertos de La Cantuta y Los Barrios Altos, esterilizaciones engañosas, etc, etc.

Y quienes pagamos los platos rotos somos todos los peruanos.
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