MANUEL A ODRÍA Y LOS EMBAJADORES

MANUEL A ODRÍA Y LOS EMBAJADORES
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA
Mi presencia en la República Independiente de Arequipa, es porque estoy de comisión, representando oficialmente a la revista virtual LA ESQUINA DE PERCY ANTONIO, ayer y hoy, para participar del ciclo de charlas «VIGENCIA DE RIBEYRO». Luego de la brillante charla que dio Pedro Arriola, director del Club «RIBEYRO VIVE», en la Biblioteca Mario Vargas Llosa, entre uno de los tantos libros que nos invitaron a ver, luego del evento, encontré uno que leí apenas salió, lo tuve en mis manos, era mío, recién lo había comprado -digo que era mío porque me lo pidió prestado alguien de quien no quiero recordar nada-, vi un capítulo que me hizo recordar una anécdota de Manuel Apolinario Odría Amoretti, dictador enemigo acérrimo de VRHT que envió al paredón a muchos mártires chalacos, del Callao, entre ellos a 8 marineros, -quienes fueron traicionados por su máximo jefe, en las rebeliones de 1932 y 1948-. Digo esto porque posteriormente VRHT se unió a su sanguinario perseguidor para participar en las elecciones electorales generales de mitad del siglo pasado.
Odría con terno blanco,
el primero de la derecha
Quizá muchos desconozcan pero don Manuel Apolinario llegó a ser un prolífico padrino de bautizo de muchos chalacos -además de incansable bailarín de ritmos criollos peruanos de la época-. Recuerdo haber visto un diploma, en una vieja casa allá por 1969 en la cuadra 10 de la calle Loreto en la Provincia Constitucional del Callao. Llegué a conocer esa casa cuyo dueño vendía comidas en base a pescado, pero su fuerte era la venta de la cerveza Pilsen. En ese tiempo se vendía licor para tomar en el mismo local a quien lo quisiera, no importaba la edad.
Pero  no me alejaré de la anécdota. Me la contó mi querido tío, que está en la inmensidad, «Cholo Américo del Callao» -Américo Fabián Alva Flores-, qué año sucedió no lo recuerdo, pero se me quedó grabado el hecho. Esto me lo confirmó años después el sastre ya fallecido Arturo Boggio uno de los mejores de su época, aficionado, apostador de los «burros» hípica.
Qué día sucedió, no lo sé; la hora exacta mucho menos la puedo precisar pero -a lo lejos recuerdo-, deberían ser las 2 de la madrugada. Cuando se aparece en
Salón dorado
Palacio Gobierno - Perú
lo que se llamaba «salón dorado», desconozco si aún se sigue llamando así; aunque no me interesa ni es importante. De pronto don Manuel Apolinario comenzó a llamar a grandes voces a sus edecanes.
    -   Guardia a mi-
Sus edecanes se acercaron presurosos y se preguntaban, entre ellos sumamente preocupados de qué se trataría y debería ser importante algo muy importantes por la hora en que se encontraban.
La soldadesca, siempre en guardia se acercaron y preguntaron
    -   ¿Su Excelencia, sucede algo, en qué lo podemos atender? 
    -   Traigan a los Embajadores, en este instante.
Todos se preguntaban, qué asunto muy urgente sería, como para traer a esas horas a los representantes de todos los países, acreditados en el Perú. Y sin más cumplieron la orden sin dudas ni murmuraciones.
Así es que comenzaron a llegar los embajadores -para esto serían ya las 3 de la madrugada-, uno a uno iban llegando el francés, el inglés, el norteamericano, el boliviano, etc.
Como quiera que don Manuel Apolinario esperaba en sus aposentos vestido de civil, con su clásico terno blanco de lino que tanto le gustaba, les insiste
    -   ¿Ya, ya están acá?
    - Le confirmo en breve.
Los Embajadores Criollos
Erguido como buen militroncho, se impacientaba cada vez más. En eso le abrieron la puerta y le dijeron
    -   Ya, señor, aquí están los Embajadores
 El dictador salió apurado y se encuentra con todos los embajadores en pleno esperándolo. Entonces don Manuel Apolinario, sumamente enojado, grita
    -   Esos Embajadores no. Traigan a los Embajadores Criollos.
Así es que el personal de tropa resignados sólo tuvieron que cumplir con la orden, SIN DUDA NI MURMURACIONES.

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