EL BARTOLO

EL BARTOLO
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
DR JORGE CASTRO
HARRISON
Cuando salí al ostracismo, hacia rumbo desconocido. Le conté a mi tío «Cholo Américo» que uno de los Auxiliares de Educación que tuvimos, apellidado Navarro a quien le habían puesto la chapa de «Pito», «Pitito» «Pitorro». Esto por una deformación de sus piernas. Bueno las veces que conversaba con él, me llamaba, me sonreía y me aconsejaba, tremendo díscolo que era.
Todas las veces, mostraba orgullosamente una insignia de cuero de la GUE «Bartolomé Herrera» y decía voz en cuello a los auxiliares «Tarzán», Magoo», «Aguadito», etc, que él había estudiado en el mejor colegio estatal de Lima. Ahí escuché por primera el nombre, a quien conocí después el DR. JORGE CASTRO HARRISON, había sido el mejor Director General del Perú. Yo no alcancé a conocerlo. Entreba recién el Dr. Miguel Rojas Valdiviezo, cuando yo llegó.
Desde el momento en que fuimos a buscar la matricula tomamos la 48 Bussing que comenzaba su recorrido en el Callao y terminaba en Zárate y nos dejaba en la misma esquina donde queda el Hermoso «Bartolo». Caraccoles, era otro mundo. Cuando digo Hermoso, es que tenía altas paredes que bordeaban y resguardaban las instalaciones internas. Pero estaba convencido que mucho más bonito era mi «Olaya». Atrás se habían quedado los patas del alma el «ciego» igual que yo porque usaba lentes, aunque los anteojos, de Claudio Gregorio Reyes Crespo, eran más voluminosos, Guilligan, Lucho Arana, Daniel Quito, José Borgoño Ugollini, Félix Garcia, el «asao» Céspedes, trompeador de primera etc.
Pero no me desvio del tema «el Bartolo». Punto final a las todo tipo de comparaciones absurdas, que no vienen al al caso.
HOMENAJE AL BARTOLO
laesquinadepercyantonio.com
En el «Bartolo» el primer amigo que hice fue Roberto Bocanegra Cuba, «Canela», un pata que tocaba guitarra desde chiquillo, eso si nunca cantaba, le gustaba acompañarme cuando hacía mis locuras imitar al vocalista de Los Yorks, Pablo Luna al frente y los compañeros me miraban y se reían cuando me arrodillaba y tocaba el suelo con mis espaldas; enseguida llegó Enrique Saénz, «el gaucho» a pesar de sus 16 años tocaba guitarra como los dioses -bueno yo lo miraba de ese modo, en ese tiempo-; después me hice amigo de Roberto Giraldo hincha  de «Sandro» intérprete argentino, César Acosta, Yrigoyen, Raúl Ugarte Colán, Lino Montenegro, el «negro», Ernesto Soto Burgos -realmente no tenía la piel tostada, es piurano-, Rodríguez Segeu -que era el más pequeño, en talla, que todos-, y así suscesivamente. 
Aquí las cosas eran diferentes, totalmente diferentes. Había un Regente, apellidaba Incio, que te metía palo -por quitame esta paja, para mi era muy renegón, pero era su forma de corregirnos y vaya que funcionó-.
Aquí el legendario Dr. Mario Florian
Recuerdo que en ese tiempo nos visitó Gladys Arista, estrella de la televisión. Mi madre, esa hermosa señortia, causó conmoción entre la muchachada, la hormonas quedaron a su libre albedrío. Pero como siempre me gustó la historia, siempre preguntaba por aquel magnífico hombre el DR. JORGE CASTRO HARRISON, respetuosamente, casi como un murmullo lo llamaban cariñosamente «Cabezón», por lo ineteligentisimo que era, QEPD. Todo hablaban muy bien de este señor. Posteriormente me enteré que había estado como uno de los principales directores que se enfrentó a la Dictadura -ya lo informaré en otra crónica-, con un Ministro y manejó la situación como un Gran Director que fue y será. Es tan el prestigio que irradió nuestro personaje que en su honor cambiaron el nombre de la calle San Miguelito -ahí era el paradero inicial de los omnibuses «San Miguel», unos buses ñatos de color marrón con frankas amarillas. Bueno esa calle ahora se conoce como JORGE CASTRO HARRISON y hasta parece que la gente cuando pronuncia ese nombre lo pronuncia con cierto respeto que llega a la veneración cívica. Lo escuché dos años, porque el año pasado asistí al almuerzo, anual, de reencuentro herreriano, se realiza en las mismas instalaciones del plantel.


En dos años aprendía entonar el himno del plantel que aprendí a medias en el «Olaya»

Aquí su hermosa letra que dicen «canción de forja», cuando en realidad dice, así recuerdo cuando o escuché por primera vez «CANCION QUE FORJA». Me he tomado la libertad de corregir su letra.

HIMNO DE LA GUE «BARTOLOME HERRERA»
Letra y Música: José Antonio Lora Olivares
Arreglos: Prof. Manuel León Alva

CORO:
Viril impulso, canción que forja,
El Herreriano paso ¡Escuchad!
Resuena el yunque del optimismo
Salta una estrella: ¡La Voluntad!
Siempre adelante ¡Paso Herreriano!
Fulgor que vence la oscuridad.
Paso Herreriano, Himno de esfuerzo
Fulgor que vence la oscuridad.


ESTROFA I
Marchando unidos, siempre unidos
y compartiendo lucha y laurel
Somos la viva lección fraterna
Lección que es todo nuestro Plantel
Cada Herreriano de nuestra Patria
ha de sentirse soldado fiel
Es el estudio arma invencible
la disciplina nuestro cuartel.


(CORO)


ESTROFA II
Técnico anhelo, realizar siempre
Pensar haciendo, sabia virtud
Edificamos con alegría,
en cuerpo y mente plena salud
Nuestras tareas llevan un signo
esplendoroso de juventud
un grito suma nuestro entusiasmo
Un solo grito ¡Viva el Perú!










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