EL AMOR, ES SOLIDARIDAD
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA

Cierta mañana, esta señorita que no quiso rebelar su nombre, caminaba por una calle céntrica, cuando de pronto, comprobó que no era la primera vez que sucedía el siguiente caso. Un, anciano, indigente estaba sentado al borde un una puerta de un establecimiento comercial, se encontraba desconsolado, hambriento y consolándose solo.
La señorita, era la segunda vez que al pasar vió a esta persona. Solo le bastó mirarlo de reojo y comprobó su necesidad. Sobre todo su falta de afectó. Es que una persona de edad mayor edad, se necesita, comprensión, compañía, afecto, alimentación, medicina, etc. Esta persona se encontraba en total abandono, con la barba crecida, pero limpio pedía a gritos -sin palabras-, un pan, algo que comer.
La señorita enseguida se fue a su domicilio y buscó entre lo que tenía productos comestibles. Como pudo reunió lo que tenía a su alcance y fue al encuentro de la persona necesitada.

La señorita, enseguida se arrodilló y comenzó a entregarle lo que había traído consigo. Una inmensa fue la alegría, inundó a la persona mayor. No sabía cómo podía expresar su agradecimiento. Sólo atino a darle un abrazo a su benefactora.
El reportero quiso fotografiar la escena; pero la joven gentilemente esquivó de todas maneras la figuración. Esa es una, verdadera, muestra de bondad, desinteresada, anónima.
Cuanta razón tuti Felipe Pinglo Alva cuando escribió y musicalizó, uno de sus inmortales valses, MENDICIDAD «Un Dios se lo pague que llega hasta el alma, es el mejor fruto de nuestra bondad...»
fotografias EL SULLANERO NOTICIAS
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