Centenaria danza «Los Avelino», interpretada por orquesta típica de huancayo. Cuenta Agripina Castro allá por 1940, alcanzó a ver a algunos avelinos que habían cocido retazos de bordes del fino casimir Barrington. Eran avelinos pudientes.
LOS AVELINOS DE SAN JERÓNIMO DE TUNÁN, HUANCAYO, JUNÍN.
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
Andrés Avelino Cáceres, al ver la causa perdida en la capital, por las constantes traiciones de Piérola, la dubitaciones de Montero y la cobarde entrega que había hecho Iglesias, en el norte. Mientras los grandes hacendados entregaban sus cupos de guerra al invasor chileno, que fue respaldado por los ingleses, en alta tecnología bélica. El estoico Cáceres conformó, sus tropas con paisanos del distrito de San Jerónimo de Tunán, donde estableció su Cuartel General. Él mismo vestido de paisano con ropas raidas se presentaba a los cuarteles de los invasores y osadamente leía los informes que estaban colocados con las órdenes del día. Retornando a San Jerónimo disponía a sus tropas de acuerdo a lo que había visto.
Cáceres tocaba la guitarra muy bien, a la vez que cantaba huaynos antiguos, chacchaba su coca -para el hambre, frío-, hablaba fluido el quechua. Es decir era uno más del pueblo.
Como no contaba con el tiempo suficiente para poder organizar sus tropas, hizo lo que pudo. Por ejemplo, les enseñaba a marchar, y les decía
- Uno, dos, un dos...
Pero la paisanada no le entendía. Optó por
- Izquierda, derecha; izquierda, derecha.
Y los paisanos seguían mirádolo, sin entender nada. Entonces se le ocurrió.
- Este pie
Cogiéndoselo con ambas manos le dijo
- Se llama cancha.
Y este pie, cogindose el derecho, les decía
- Este se llama queso.
Y empezó a marchar, diciendo
- Cancha, queso, cancha, queso .
Entonces los paisanos lo siguieron. Así les enseñó a marchar a sus «soldados».
Nunca permitió el desbande de sus tropas ni que causaran daños a las propiedades por donde pasaban. Al contrario, ya eran conocidos y muchas veces los paisanos que vivín en pequeños poblados les daban de comer algo; pues ellos con su jefe a la cabeza había días que se las pasaban en blanco.
La danza de los Avelinos,
tiene su origen ancestral en la infausta Guerra del Pacífico, allá por los años
de 1879 a 1833, en la que durante la Campaña de resistencia", de la breña
marchaban los guerrilleros o montoneros de Cáceres
El vestuario le da la apariencia de un harapiento y menesteroso Y esta se compone de tiras negras y colores oscuros, que representan los uniformes gastados con los que andaban los montoneros de Cáceres. Esto ocurre en el Distrito de SAN JERÓNIMO DE TUNAN pues ellos son los auténticos forjadores del tradicional Avelino. Cuando terminó la contienda bélica, empezó la leyenda de los indomables guerrilleros "Chalaysanto", quienes formaron el batallón N° 10 San Jerónimo, compuesto por 500 plazas, todos ellos llevaban seudónimos para así no ser descubiertos menos que sus familiares sufrieran represalias, de ahí que con el correr de los años perduran apodos Como'. upuy, uquish, Chile, Pistacho, Yanatullo, Maqui, Shucsho, Itish, Mishillunco, etc.
Cierta vez que no contaba con soldados suficientes, hizo poner en la cabeza de una manada de llamas, sombreros y palos que desde lejos parecían hombres, soldados. Los sureños disparaban tratando de abatir a las «tropas» que pasaban.. Claro algunas llamas, morían. Pero, Cáceres, les hacía gastar sus municiones y después los atacaba por la retaguardia, causándole bajas a los usurpadores. Muchas de estas bajas no eran declaradas por los chilenos.
Ser
"Avelino" es ser valiente, es ser guerrillero, es ser espía, es ser
invencible, es ser todo, Estos gloriosos guerrilleros estuvieron en una serie
de enfrentamientos tanto en el Valle del Mantaro, así como en otros puntos de
nuestro querido Perú.
El Batallón 10 San
Jerónimo, participó en la 1ra. batalla de San Jerónimo llevada a cabo en el
paraje de “Huaychulo” un 4 de febrero de 1882, en la que salieron victoriosos
los Chalaysantos, así también estuvieron en el asalto de Concepción un 9 de
Julio de 1882, en Tarma Tambo y Santa Cruz 15 y 16 de Julio de 1883 en la
batalla decisiva de Puca Pachas, en
territorio de San Jerónimo en la que la peor parte de llevaron los mapochos,
para terminar su participación el 10 de julio en la batalla de Huamachuco,
dando lugar al nacimiento legendario de los Avelinos.
Los
Avelinos", llevan puesto un vestuario especial con cientos de retacitos de
telas de color oscuro, cosidos en la ropa, (saco y pantalón), dándoseles una
apariencia de personajes pobres y míseros.
Se
complemente otros atuendos como la manta.
A la espalda cargaban un
amantada vieja, y dentro de ella al descubrir aparece una manta nueva donde
portaban deliciosos potajes como picante de cuyes, canchas, charqui, tamales,
habas tostada papá seca y otros potajes, complementando con la chicha de jora.
Es decir pues en esa manta llevaban sus alimentos y las cubrían con dos o tres
mantas, con el propósito que se mantenga calientes durante las largas caminatas
que recorrían estos guerrilleros de Cáceres, la máscara representa el cansancio,
el desgaste físico, por lo que estaban atravesando.
La
música tiene un ritmo, muy alegre y en ciertos tonos un poco melancólico, que aún
no se ha podido determinar quien es el autor de dicha música, pero por la
antigüedad es probable, que esta tuvo su origen en algún compositor de
San Jerónimo de Tunan.
La danza de los Avelinos,
es jocosa, satírica, del ritmo violento y una combinación de pasos, dando la
sensación de alegría, aunque algunas veces es nostálgico.
Mediante
la Resolución Directoral Nacional N° 1013/INC se declaró Patrimonio Cultural de
la Nación a la danza Los Avelinos de San Jerónimo de Tunán, de Huancayo, Junín
el 31 de julio de 2008. Si bien es un justo reconocimiento a esta manifestación
de los pueblos del Centro, el tenor de la declaración mal resume la importancia
de esta danza. Por ello reproducimos el siguiente escrito altamente ilustrativo
sobre los Avelinos, indomables guerreros "chalaysanto".
Muy interesante e ilustrativo, que exista esta fuente de conocimientos
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