El Inca Garcilaso de la Vega, uno de nuestros cronistas tardíos, narraba que el INKA, almozaba, a las 12 en punto, al mediodía, su cebiche de pescado fresco, de mar. Siempre nos preguntábamos como dice esa vieja salsa «Y cómo lo hace, oiga Ud...» Entonces se dice que existían Chackis que utilizaban «parapentes», realmente sabemos tan poco de nuestros ancestros. Ahora, lo que si sabemos es que los Inkas supieron utilizar la tecnología de la naciones que florecieron antes que ellos ¿Habrá existido en verdad el hombre que podía volar? Los Nazcas, los Paracas los tenían grabados en sus telares, eso si evidente.
EL MITO DE ANTARKI
 |
ANTARKI |
Se
trata de un mito muy antiguo anterior al Imperio Inca y que estos últimos
adoptaron posteriormente. En efecto, “el hombre volador” (que es la traducción
quechua del Antarqui) está ampliamente representado en la iconografía Nazca y Paracas,
en la cual este misterioso ser apareco frescoe dibujado tanto en sus cerámicas como en
sus famosos mantos funerarios, en las cuales se le ve volar como un ave, tal
como podemos apreciar en la imagen que acompaña nuestra nota. Como sabéis,
durante el imperio Inca, existía un eficaz servicio de mensajería a cargo de
los chasquis, quienes recorrían velozmente los caminos para traer noticias
desde todos los rincones del Imperio hasta el Cuzco, la capital. Entre ellos se
decía que había una división de chasquis de élite, quienes solo debían
transportar mensajes reservados únicamente para conocimiento del propio
Emperador. A esta selecta división se le conocía con el nombre de Antarquis (en
honor a aquel mítico ser volador). Según se decía, estos chasquis tenían la
peculiaridad de que podían viajar de cerro en cerro deslizándose por el aire
gracias a un parapente fabricado con telas de algodón, lana, o alpaca, tratando
de imitar al legendario Antarqui. Sin embargo, nunca se pudo comprobar la
existencia de esta clase de mensajeros en tiempos de los Incas ni se han
encontrado resto alguno de sus parapentes que aparentemente utilizaban para
transportarse por los aires. A pesar de ello, podemos hacernos una idea de cómo
se veían al apreciar en los museos los mantos Paracas en las cuales aparece
Antarqui volando en diferentes direcciones. Asimismo existe otra leyenda más
tardía sobre este extraño ser según un relato recopilado por el cronista
español Pedro Sarmiento de Gamboa y probablemente traducida por Gonzalo Gómez
Jiménez en 1572, quien escribió que este estaba dotado de extraordinarios
poderes que hoy podríamos llamar psíquicos y que acompaño a Túpac Yupanqui en
la conquista de Quito. Tras conseguir su objetivo, el Inca le pregunto si eran
ciertos los rumores que los mercaderes propalaban, acerca de la existencia de
unas islas muy ricas llamadas Hauachumpi y Ninachumpi, ubicadas en lo que hoy
es Oceanía, para lo cual –cuenta el relato– ordenó al adivino que utilizase sus
capacidades para volar y transportarse a esos misteriosos lugares, confirmando
a su regreso de sus riquezas al Inca, quien organizó a continuación una famosa
expedición a la Polinesia (aunque no sabemos al lugar exacto adonde llegó) que
duró cerca de dos años, trayendo a su
vuelta diversos trofeos como objetos de oro, gente negra, una silla de latón y
una quijada de caballo,

que fueron guardados celosamente en el Cusco hasta la
llegada de los españoles. En cuanto al tal Antarqui, el relato no cuenta más
sobre él y desapareció sin dejar rastro. ¿Quién era ese misterioso personaje y
de dónde venía? ¿Existen evidencias sobre si sus “vuelos en el aire” se
realizaban por medios alucinógenos o efectivamente tenia poderes
sobrenaturales? Es algo que quizás nunca lo lleguemos a saber.
TOMADO DEL elladooscuro525.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario