MIGUEL GRAU MAS ALLÁ DE UN HÉROE

MIGUEL GRAU MAS ALLÁ DE UN HÉROE


La imagen del héroe está muy vinculada a la historia de los pueblos. Sin importar los resultados de su hazaña, todo héroe es recordado por los valores que representa y por la lucha que realiza hasta entregar su propia vida, precisamente, por ello se convertirá en un modelo de conducta para una determinada sociedad. Desde muy pequeños hemos aprendido que el marinero y diputado de Paita, Miguel Grau Seminario, se convirtió en héroe por sus acciones militares. No obstante, la imagen de Grau, considerado como “el peruano del milenio“ va mucho más allá. Tal y como afirma Renzo Babilonia: “Lo que conocemos sobre su heroicidad está relacionado con la lucha desigual que sostuvo al mando de la flota peruana contra la flota chilena, a manera de David y Goliat. Sin embargo, la particularidad de su heroicidad radica en su particular humanidad en el trato con los enemigos. De ahí el apelativo de “Caballero de los Mares.“(Recuerdos de una guerra. p.27). La figura protagónica de la Campaña Marítima en la guerra que enfrentó a Perú y Bolivia contra Chile (1879-1883) fue, indudablemente, Miguel Grau. Durante los primeros seis meses del conflicto, los chilenos no pisaron territorio peruano debido a que el monitor Huáscar, comandado por Grau, había impuesto su presencia en todo el litoral del Pacífico Sur a pesar de que sus condiciones previas a la guerra no eran tan favorables, como lo deja entrever la siguiente cita: “Las calderas del Huáscar están en un estado que cada vez que se apagan las hornillas hay que ponerles tres y hasta cuatro parches a cada uno“ (Fragmento de una carta de Grau a su amigo Ezequiel Otoya. 29 de setiembre de 1874). 

En las últimas investigaciones basadas en cartas que escribió el mismo Grau a sus familiares y amigos más cercanos, se percibe al héroe en su faceta de hombre preocupado por su familia que, ante las urgencias de dinero hace todo lo posible por enviar sus sueldos atrasados y renuncia a ascensos para volver a ver pronto a su querida Dolores, su esposa, y a sus diez hijos. También se muestra como un ciudadano y marinero que realiza severas críticas al estado de la Armada Peruana, cuestionando a algunas autoridades de la época y compañeros de armas, debido a la forma cómo se dirigía la guerra. Frente a esta situación, siguió cumpliendo con su deber de forma responsable hasta el 8 de octubre de 1879 en Punta Angamos. Que la imagen de Grau en nuestras mentes no sea la figura lejana de la escultura del óvalo de nuestra ciudad, que lleva su nombre, sino la de un ser humano -como nosotros-: buen esposo y padre de familia cariñoso y preocupado por sus hijos.
Actualizado el 07/10/2020 a las 23:50

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