LOS ALMUERZOS DE ANTES.
Nuestra, infancia, niñez, adolescencia y parte de nuestra juventud, se desarrolló entre 1950 y 1970. De esa época, guardamos hermosos recuerdos. En esta oportunidad escribiré, acerca de la hora del almuerzo, del mediodía, en esos tiempos.
En primer lugar hay que mencionar el diario que salía -al mediodía- a la venta ÚLTIMA HORA. En verdad, en sus titulares hacían gala de una jerga fenomenal. Pero cuando uno cogía el tabloide y leía la noticias; otra era la historia. Era gratificante, agradable leer sus noticias. Utilizaban un lenguaje impecable. Realmente, quienes leían ÚLTIMA HORA aprendía mucho. Es que ahí escribió, entre otros, un periodista que traía lo más fresco de la gente chic, LOS ANTIPASTOS GAGA, el genial Guido Monteverde. Traía una tira de comic que era SAMPIETRI, un tipo de cabello bastante ondulado, larga quizá hasta el cuello, eso si bien al terno con sus corbata, era peculiar este personaje. Se caracterizaba este diario por las crónicas policiales y deportivas rajaban, chismoseaban, acerca del rendimiento de lo futbolistas. Recuerdo que también cumplieron un rol educativo, Alianza Lima -si bien es cierto, siempre tenido una buena hinchada la hacia sufrir-, como de costumbre. A veces jugaba buenos partidos, como perdía otros. Las emisoras, en sus horas deportivas criticaban duramente a los grones. Entonces aquí entró a tallar este diario que empezó una campaña de que el periodismo no solo era para ver lo malo. Es que recién, se asomaba la dupla: Pedro Perico León Martinez y Víctor Pitín Zegarra -algunas personas mayores decían que verdaderamente, su apodo era Vitín-, pero fue mayormente conocido como Pitín, porque así se le conoció, reitero.
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Calle Lima y Alberto Secada Callao |
Pero antes de seguir avanzando a las 12 en punto -ni un segundo más ni un segundo menos-. Todo el Perú se paralizaba. Quienes tenían radio lo colocaban en la ventana -nadie se lo robaba-. Es que en Radio "Victoria", empezaba a transmitirse "La Hora de Oro de la Canción Criolla". Y empezaba, José Lázaro Tello decía: "Qué tal" -después lo copió el ronco Gámez-. la introducción de una programa; Viva la lo peruano, vivan sus canciones; que viva el Perú..., -era en estilo llorón de Rómulo Varillas, primera voz y segunda guitarra de LOS EMBAJADORES CRIOLLOS -quienes merecen una crónica aparte-, a la vez iba intercalando la presentación el mencionado locutor. La magnífica voz de EL
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José Lázaro Tello |
ANIMADOR DE LAS MULTITUDES, así había bautizado, el exquisito Guido Monteverde, al locutor, José Lázaro Tello. Los Ídolos del Pueblo, hacían la delicias de su seguidores, en todo el Perú. Rómulo Varillas Talaviña (1° voz y segunda guitarra), Carlos Correa Álvaro
(2° voz) y Alejandro Rodríguez (primera guitarra). Entre su repertorio figuraban: "Alma, corazón y
vida" Recuerdo aquella vez, que yo te conoci... "Hilda" Al pasear mi vida por caminos de tristezas. Este corazon no pudo mas, "Decepción" Luz de amanecer que acarició todo mi ser / destello de sol, blanca ilusión de mi querer, "La rosa del pantano" Déjalos que aunque el mundo te / Señalen, con su dedo inflexible, "Yolanda" Déjame que te arrulle con mi canto / para que así dormida reconozcas,
"Mujer interesada" Creíste tú, que todo el tiempo iba a
durar / El cariño que guardaba para
ti, "El tísico" No me beses que estoy muy enfermo / No me beses te
pido por favor, "Ódiame" Ódiame, por piedad, yo te lo pido; /
ódiame sin medida ni clemencia,
"Lejano amor" Lejano estoy / De un gran amor de cual soy dueño, "Caballito blanco" Corriendo, voy yo todas las tardes /
Al lugar siniestro en que perdí, "Alma de mi alma" Ven que ya no puedo resistir, la eterna condena de
esperar / Eres la razón de mi existir y la inspiración de mi cantar, "Déjalos"A nadie le hago daño con quererte / por eso es que te
entrego mi cariño, "Sigue mintiendo" Me he convencido que tu amor no es verdadero / Me he dado cuenta de tu
engaño y más te quiero, etc. etc. etc.
Terminado el almuerzo, No faltaba la limonada, chicha morada y los que tenían dinero tomaban Inka Cola, la bebida de sabor nacional. Enseguida uno se lavaba muy bien lo dientes, con su cepillo; se pèinaba y cogía la maleta o lo cuadernos, para retornar al colegio y concluir la jornada estudiantil.
Las fotografías fueron recogidas del Internet.
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