“El mundo entra en mi frase
tan
suavemente. Que ya no es uno
sino parte de uno.” A. Castillo
Llegas...Y tu presencia redentora
agita lo tranquilo de las cosas
llegas con tu perfume de calles
y tus mejillas que meditan
un tornasol de sueños brillantes
Llegas incitando a mi triste
retrato dormido y sin luz
de vela
a incendiarse del frio
que vierte la luna
que escondes en tu
cartera
Y estás aquí ¡Toda fragor!
oliendo a fruto y carne
de amor
Te miro...
Y me viertes el sol
por tus ojos llorosos
ya que es de alegría
de verme
porque lloran hondos
Intensa tu piel en ruego
toda chorrea gotas de fuego
tus poros gotean tu imagen
desnuda
en láminas de rubor
y selva muda
Alma morena Alma oscura
caminabas perdida
entre sollozos blancos
y bosques amargos
Me miras
y suspiras
y tu suspiro
galopando
todo en
movimiento
raudo
acorta la
distancia
de mi
ruego claro
a tu
venir quebrado
Vibrante y tierna
deshojas mis penas
una a una...(...me quiere...no me
quiere...)
Y encauzas este delirio
que de mi mano
ilumina de alegría
mis arterias sombrías
Tu sola presencia cambia
al otoño de mi abrigo
lo reverdece de un gris friolento
a un verde de sol violento
Y me estrechas y glorificas
con tus besos
esta ara y tálamo
este claustro cabizbajo y callado
Los frascos llenos de tu perfume
al sentir tu aroma se inquietan
y tiemblan
Las cobijas se arrullan abrigando su clamor
calentando de emoción la pasión de
cubrir
al fin esta noche ya no uno sino a
DOS
Mis zapatos se quitan sus pies
y buscan los tuyos que yacen aquí
a mi lado desnudos mojados de
valentía
y entumecidos de lejanía y
melancolía
Y
YACES
Aquí... cercana de distancia
y distante de tu ausencia
y sin puerta ni ventana
que promueva otro adiós
a tu inocencia
Te desnudo me
desnudo
nos
hacemos un nudo
apretamos el botón
de la dicha
para detener a la noche
que de frio tirita
Y te gozo y me gozas
y la estática noche
que no nos deja
plasma en su congoja
tus gritos tus gemidos
tu silueta de rosa...!
Perfiles del viento
atizan jirones
de recuerdos
que recrean sonrientes
estos...tus gestos vehementes.
Y llegas...
Y vuelves a llegar
como café en la mañana
olorosa...fragante...insaciable
huelo tu
gemir silencioso
y
te absorbo
y te absuelvo...!
Y en aquel espejo feliz
que miraba tus miradas
diarias
cura confesor con quien hablabas y
llorabas
asidos de manos empapados de silencio
nos introducimos
y como cristal y polvo henchidos
nos desvanecimos
para dejar que el aire respirara
para que mis duendes
descansaran
¡Para
que nuestras sombras se amaran...!
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