EL BUEN DOCTOR MURILLO, QUE VIVE EN NUESTROS CORAZONES

EL BUEN DOCTOR MURILLO, QUE VIVE EN NUESTROS CORAZONES
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
De todos los maestros y maestras con quienes he trabajado, siempre guardo hermosos recuerdos y por supuesto laanécdotas empiezan a brillar como las estrellas tintinean en la noche cuando la ociosa luna se esconde, avergonzada porque no nos quiere revelar los secretos que mudamente fue testigo. Si la luna diera su testimonio, cuantas novelas y poemas se podrían escribir.
Pero de ninguna manera me voy a desviar del motivo de estas crónica, el Doctor Eduardo Esteban Murillo Bejarano quien en verdad durante su vida nunca le corrió a ningún trabajo. Siempre prudente  cauto, bromista. Cuando escribo, Dr. es que el obtuvo el doctorado a fuerza, tesón y empeño. Claro previamente, antes optó el grado de Magíster. Y lo fue en el área que amó, con ardorosa pasión, la educación y los números.
Cierto día contábamoanécdotas, así el carrusel, iba y venía. El goce era total, así es que, intervino, nuestro buen Lalo, 
  • Hace tiempo, cuando se construía la casa. Yo estaba observando a los llenadores del techo. Cuando en eso se aparece mi hijo y me pregunta: 
  • Papá, cuánto cobran por llenar el techo.
  • Le dije la cantidad y mi hijo se rio.
  • Cómo van a ganar tanto. Y todavía les invitasu almuerzo y todo.
  • Si, pues
Le dije.
  • Papá, yo puedo hacer ese trabajo, me conformo con que me pagues, lo que le pagas a uno de los trabajadores.
  • Ya está bien, hazlo pues.
Así es que mi hijo, Carlos, se fue a cambiar. Y volvió en un rato. y me dijo
  • Mira, cómo hago ah.
  • Ya está bien. Hazlo nomás
Entonces, pidió prestada una lata y hizo que la llenaran. se la puso al hombro y subió con su lata al hombro. bajo normal. Con su segunda lata al hombro avanzó y le comenzaron a temblar la piernas. Abandonó el trabajo al instante y me dijo:
  • No papá, este trabajo no es para mi, yo voy a seguir mi profesión que me he trazado.
  • Está bien, yo se que lo vas a lograr
Y efectivamente, hoy día la familia con el Dr. Carlos Murillo Huapaya.
He tenido la suerte de asistir a varias reuniones. Pero en mi pupila se recrea una reunión familiar, muy especial. Hicieron uso de la palabra, tanto varones como mujeres al fin y al cabo, todoson profesionales. fue un momento emocionante, escuchar a todos. Pero de pronto decididamente avanzó nuestro buen Lalo, cogió el micrófono y toda la concurrencia -pareciera que todo se hubiera ensayado, pero no todo era espontáneo-, guardo un respetuossilencio y dirigiéndose a su amada compañera, elevó el tono de voz:
  • Tanto estudiar, tanto tiempo leer, tanto tiempo investigar y llego a la conclusión de que si existe el amor. Y siempre lo vivido, contigo Olinda... 
Y continuó, con ese lenguaje tan sencillo, tan elegante y tan natural que tiene nuestro buen Lalo, que vive en el corazón de todos quienes lo conocimos,

Comentarios

  1. Efectivamente, así es nuestro amigo Eduardo.

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    1. Buena noche profesor Percy Antonio, Muy bonita historia, gran reflexión, ejm de decisión
      Q sigan los éxitos.
      Q Dios Padre Jehová li siga Bendiciendo en nombre de Nuestro Señor Jesucristo

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