FILOSOFÍA Y POESÍA – EL ODIO

EL ODIO

 
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
El odio, en definitiva, es un antivalor. Es lo contrario al afecto, al amor. Se puede considerar al odio como una actitud. Para llegar al odio, es necesaria una disposición, ubicar al estado de ánimo, al estado emocional, en un determinado tiempo. Así es que para que se produzca el odio se requiere un tiempo, un objeto, una implicación con el que se odio. Eso sí, nada queda inmune al odio. Cuando llega el odio, lo traspasa todo y lo permea. Así es que una vez que se engendra, nace, se desarrolla, se abre paso, lo corroe todo y contamina sin compasión. El odio, convierte al ser humano en un animal irracional. El odio, puede llevar a la persona a cometer los actos más absurdos, inverosímiles, horribles, sin precedentes.
El odio, no es esporádico, es constante. No es querer, desear, poseer lo que otro tiene y se acabó. Se trata de la esporádico lastimar, hacerle daño gratuitamente o de disfrutar del mal ajeno, aunque, al mismo tiempo, algo tenga que ver con ellos. El odio se concibe hacia otro, alguien, como algo que debe ser eliminado, erradicado porque su sola existencia perturba al que odia. Se trata de proyectar lo peor del que odia contra alguien, sin razón. El odio es una pasión, genera la ambición, la envidia. El odio es, sin embargo, producto del tiempo, de la experiencia y las vivencias que se tienen con un sujeto. Así pues, el odio, siempre se incrementa con la envidia, porque alguien alcanza, lo que el que odia no logra alcanzar. Y casualmente el odio, es producto de lo que se desea y es imposible de alcanzar; por medios propios.
El odio crea el conflicto. Por el odio se llega a la discriminación. Inclusive, perfila la enemistad; porque es la relación contraria a la amistad. Consiste en una aversión, no necesariamente mutua, aunque sí frecuentemente, entre varias personas.
El que odia fácilmente, primero, se expresa mal a espaldas de la víctima del odio; posteriormente llega la agresión verbal frontal y abiertamente. El odio alcanza grandes dimensiones cuando se llega a odiar con plenitud y se llega hasta la intimidar al odiado. El odio avanza tanto que llega a la agresión física. Inclusive, llega a incitar a otros para hacer la vida imposible, a quien se odia.
El odio existe a nivel de familia, cuando los padres no disipan la envidia entre dos hermanos; un caso conocido: Caín y Abel. Hoy existen muchos casos de odio: una hermana o hermano que ambiciona la herencia que dejó su padre, para ambos el ambicioso, quiere quedarse con todo y va a cometer atrocidades –por ejemplo, impedir que ingrese a la casa, consultar con abogados, para quedarse con todo lo que dejó su padre-. El odio existe a nivel de familias, cuando una aspereza no se lima, se soluciona, a tiempo; un caso de la literatura: los Montesco con los Capuleto. El odio puede existir a nivel local, en estos tiempos, somos testigos de las rivalidades entre grupos de jóvenes, las bandas, las cuadras, los barrios, los equipos de futbol, las zonas donde vender exclusivamente drogas. Definitivamente el odio es un mal que supervive, actualmente, en nuestra sociedad y nuestro tiempo; y ninguno es peor que el otro. Todos los tipos de odio, son uno mismo. Tan solo basta observar el mundo y comprobaremos que el odio reina en el planeta solapadamente. Cuando pensamos en odio, lo primero que se nos viene a la mente el odio total que sintió Hitler contra el pueblo hebreo, se dice en su campaña ordenó liquidar, eliminar, matar a cerca de seis millones de hebreos entre escasamente tres a cuatro años. Una de las tantas miserias humanas que no se debe volver a repetir, nunca más.
El hombre es un animal político, quítale la política y quedará el simple animal, dijo Aristóteles. Entonces surge la pregunta: por qué aprovechando la opción política: socialismo o democracia, algunos pueblos viven –escasa y duramente-, como pueden y otros son oprimidos. Por qué el pueblo venezolano tiene que sufrir hambre, satanización, miseria, corrupción, su gente se muere de hambre literalmente –con un ignominioso, bloqueo económico impuesto-, Venezuela es rica en petróleo y oro. Por qué el pueblo cubano viene sufriendo, 62 años, hambre, satanización –con un cruel bloqueo económico impuesto-, y se ha tenido que reinventar, con biotecnología y productos medicinales para tener que sobrevivir, si cuenta con la producción de azúcar, minerales y otras materias primas. Ojo nadie puede comercializar con Cuba, pero EEUU si le vende productos de primera necesidad a Cuba, por miles de dólares, pero tiene que pagar por adelantado.
Esto me compromete a escribir acerca de los diferentes tipos de odio que se practica y difunde en el mundo.
¿Esto es odio o qué?
TATTOOS MAN Conozco al "Loco William", desde que teníamos, once años. Realmente, escribir acerca de su vida, es una historia muy larga, alcanza y sobra para una novela. Un día, nos encontramos y me dijo:
  • Percy, tú conociste a mi viejo? Él, tenía su forma de ser.
  • ¿Por qué me dices que él tenía su forma de ser? ¿Qué, tu viejito falleció?
  • Si.
  • Tú, sabes, mi viejo, era diabético.
  • Si.
  • Bueno, él murió cuadrado. Mi viejita, me llamó y me llevó hasta la casa donde estaba mi viejo. Y ahí estaba mi papá, parecía una maleta de viaje. Él me pidió, "perdóname hijo por todo lo que te he hecho". Yo le respondí. "¡No!" Tú, sabes cuánto quiero a mi viejita. Tú, me enseñaste que nuestras mamás, jamás, nunca, morirán; ellas siempre vivirán en nuestros corazones. Y por eso, cada día de la madre me pongo el clavel rojo más grande y hermoso que puede ver comprar, porque ella vive y vivirá en mi corazón, no hasta que yo muera; si existe otra vida, ahí la seguiré amando. Mi santa madrecita me dijo, "hijo perdona a tu papá, quizás mañana ya no esté con nosotros". Mire fijamente a los ojos a mi papá y le dije, "yo no te perdono, te perdone el de arriba, yo no".
Miré, con compasión a mi amigo de infancia y recordando su chapa, apodo, sobrenombre, mundial, le pregunté:
  • ¿Tatoos Man, odias tu viejito?
Muy parco, pero decidido, él respondió:
  • No, loco. No sé lo que es el odio, te lo digo en verdad.
En respeto a nuestra larga amistad y el aprecio que le tengo, mire con compasión, al hombre, mi amigo, nos dimos un fuerte abrazo, de machos, de hombres. Y mudamente, cada uno siguió por su camino.
Fotografía recogida del Internet.

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