DEL SÓRDIDO DELITO QUE ES ACALLADO EN EL PERÚ

DEL SÓRDIDO DELITO QUE ES ACALLADO EN EL PERÚ
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
No es posible que en pleno siglo XXI, todavía se presenten estos absurdos como denigrantes casos: LA DESAPARICIÓN DE MUJERES, EN EL PERÚ Y EL MUNDO.
Ese nefasto negocio de raptar, a mujeres jóvenes causando tremendo dolor a los familiares de las víctimas. Es un problema, muy antiguo y de nunca acabar. Esos delincuentes sin escrúpulos, no merecen ser capturados vivos sino deben de muertos en plena intervención. 
Muchos son los casos en que bandas de delincuentes secuestran a bellas jóvenes y las someten a sus bajos instintos, recuerdo en mis años de cronista policial en el subDecano de la prensa peruana, el diario EL CALLAO unos seis mozalbetes de una zona popular, secuestraron a dos bellas señorita una de ellas de apenas 16 años y otra cuya edad bordeaba los 18 años. Estos desalmados mantenían, a ambas chicas, en el interior de una vieja casona. a ambas les proporcionaban lo máximo de las comodidades: hacían que se asearan, le compraban diferentes vestidos, cosméticos. Y los fines de semana realizaban orgías estos degenerados con las dos víctimas cuyas edades. Los indeseables eran también jóvenes cuyas edades fluctuaban entre los 21 y 26 años. 
Los canallas, durante la semana de lunes a sábado, eran trabajadores comunes y corrientes. Y los días sábado, se convertían en unos pervertidos violadores.
Los padres de ambas chicas ya casi se habían resignado a haber perdido a sus hijas. Habían transcurrido cuatro años desde que desaparecieron. 
Pero como no hay delito perfecto. Uno de ellos había tomado muchas fotos de una de las orgías que habían realizado y quería tener un "recuerdo". Ese fue, el inicio que permitió, abrir una brecha para hacer conocido el delito. Para no despertar sospechas, este indeseable llevó los rollos a un estudio fotográfico de Lima, como era de esperar. este dió un nombre falso e inclusive su Libreta Electoral. No contaron con que el responsable de los revelados de la fotografías a colores, se quedó perplejo al ver las imágenes de las degradantes como lujuriosas vistas y de inmediato dio aviso a la policía. La PIP de ese entonces, se turnaban para capturar a esta banda. El delincuente, sin sospechar nada fue a recoger las fotografías y las películas. Para no levantar sospechas, había cancelado en efectivo y por adelantado el trabajo. Así lo hizo recogió y sin sospechar que lo estaban siguiendo, continuó con su rutina. Mientras tanto los sabuesos de investigaciones comenzaron a ubicar uno a uno de estos depravados. Completo todo, nuestros investigadores, siguieron hasta el ambiente donde los malvados realizaban sus fechorías. Tomando su tiempo, nuestros custodios ingresaron violentamente al recinto y ahí estaban los seis y sus dos víctimas que vestían finas prendas íntimas. Las señoritas que en ese entonces tenían 20 y 22 años se arrodillaron al centro de la sala y se pusieron a llorar. Mientras tanto nuestros hombres de la ley procedían a enmarrocar los despreciables sujetos.
Si no es por el despreciable, elemento de mal vivir, que llevó a revelar las fotos y sobretodo al empleado que sospechó que algo estaba mal, quién sabe qué futuro hubieran tenido esas chicas. Cuántos de estos casos se sucederán y quedarán en la impunidad. No hay duda nuestra sociedad está enferma y muy grave.
Por ejemplo en la zona de Madre de Dios, donde funcionaban las múltiples minas ilegales, se sabía que funcionaban lupanares con trabajadoras del sexo que algunas sabían lo que hacían y otras eran chicas que habían sido raptadas de Puno, Cusco e inclusive de Madre de Dios. Los proxenetas procedieron a desmantelar estos lenocinios ambulantes, clandestinos.




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