LA INEFICACIA DE LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO Y NARCOTRÁFICO EN EL PERÚ
Definitivamente la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, en el Perú, está mal enfocada y pésimamente ejecutada. A ambos asuntos no se les combate como debe ser. Ambos son asuntos socioeconómicos. Pero ambos problemas sólo se les ha tratado única y exclusivamente desde la perspectiva militar.
La subversión y el narcotráfico tienen sus raíces en el aspecto socioeconómico. Por un lado, está el abandono del estado hacia los agricultores, de las zonas en conflicto. Como el hambre aprieta los estómagos, de los agricultores, estos son pasto fácil para que prolifere la prédica y la aceptación de la subversión; por supuesto que no faltan los raptos de niños, matanzas de padres que de todas maneras tratan de impedir que, los subversivos, se lleven a sus hijos. Hay que tener en cuenta de que la corrupción se ha institucionalizado en nuestro país. Especialmente en el interior del Perú profundo. También engrosan las filas de estos facinerosos, los ilusos jóvenes universitarios que idealizan otrora épocas que nunca volverán a repetirse, sencilla y llanamente porque las épocas son irrepetibles, porque la tecnología ya no es la misma de esos tiempos y socioeconómicamente superamos la etapa del imperialismo, por la globalización. Entonces aquí entra a tallar la repuesta socioeconómica, a este flagelo: la construcción de carreteras, el apoyo del estado en resguardar de la vida de estos héroes anónimos.
De qué vale que se “erradique” el cultivo de coca, cuando no existe una garantizada seguridad de que productos como el cacao o las frutas lugareñas y de estación lleguen a los diferentes mercados nacionales; y por qué no tentar a expórtalos. Se queman inmensos campos de sembríos de coca, muy bien: pero no hay apoyo para implementar sembríos de productos alternativos, que abundan en la zona.
De qué sirve tanto apoyo extranjero si no se logra el principal objetivo, la erradicación total de la coca y el reemplazo por productos comerciales ¿Para qué se usa tanta tecnología si no se llega a capturar a los principales cabecillas de los carteles de las drogas? En todo caso se permite que estos, malos elementos, proliferen se conviertan en dueños y poderosos y a su vez siguen causado tremendo daño. Una vez que ocupan un lugar prominente, recién son capturados, y para “ejemplarizar” les aplican severas sanciones. Pero el lugar quedó vacante y pronto surgirá un mal elemento que lo reemplace. Estos a su vez –con la experiencia de los anteriores líderes del mal-, perfeccionarán sus tácticas de producción como de comercialización de la droga. Es decir, todo queda en fojas cero, y empieza nuevamente, ese círculo vicioso.
Hasta ahora ningún inquilino de palacio de gobierno, se ha pronunciado en solucionar categóricamente este terrible mal que viene destruyendo sistemáticamente a nuestra sociedad.
En resumidas cuentas, basta ya de demagogia. Lo que se debe hacer es tratar ambos males desde el punto de vista socioeconómico. Basta de malgastar el dinero en paliativos, que más bien incentivan la proliferación de este terrible flagelo. Basta de sacrificar jóvenes vidas de soldados y policías, en tareas que tienen otros tipos de soluciones. Por ejemplo la delincuencia común se ha adueñado de las calles. Pensar que es suicida, salir a la calle con un celular en la mano; hasta los jóvenes que prestan el servicio de delivery corren el riego de ser asaltados e incluso muertos por algún parásito, cobarde delincuente que se siente muy valiente empuñando una arma de fuego.
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