FILOSOFÍA Y POESÍA - NOCHE DE HALLOWEEN

NOCHE DE HALLOWEEN
Corrían los primeros días del mes de Octubre, Sara, una pequeña de siete años y sus padres se preparaban para mudarse a una nueva casa, la que habían heredado de un familiar lejano al que ni siquiera conocían. Cuando llegaron al lugar se sorprendieron mucho, era una gran mansión, con una enorme fuente en la entrada y
en el centro un pequeño Ángel, el paisaje lúgubre impactó a la familia, pero decidieron que le darían un cambio.
Los días transcurrían, la familia ponía todo su empeño, pero el esfuerzo parecía ser en vano, daba la impresión que la casa se empeñaba en conservar su apariencia tenebrosa. La pequeña Sara solía ir a jugar todas las tardes a la orilla de la fuente con su muñeca, desde la ventana, su madre la observaba, notaba que su hija dialogaba con alguien, entonces la llamó, la cena ya estaba lista, pero Sara demoraba en entrar a la casa, la madre volvió a insistir, Sara llegó corriendo y se sentó a la mesa, la madre regañó a la pequeña:
  • Sara, te he llamado varias veces cariño, la cena casi se enfría.
  • Es que jugaba con mi nueva amiga
Respondió la niña. Y cada vez que le decía que debía entrar rompía en llanto y me pedía que me quedara, que se sentía sola y triste.
La madre pensó que la amiga de quién hablaba la niña era su muñeca, y que está se había inventado una historia para no sentirse sola mientras jugaba, y no prestó mucha atención a lo que decía la pequeña.
Todas las tardes la niña recibía el mismo regaño, hasta que un día la madre le dijo que si volvía a demorar la castigaría y no iría a jugar más a la fuente, la niña entre suplicas prometió que no pasaría más, y que le diría a su amiga Susan que aunque llorara tendría que dejarla y obedecer.
  • Cariño es solo una muñeca, entiendo que construyas fantasías para jugar, se que estás muy sola
  • No mamá, Susan es real, es mi amiga y todas las tardes me espera en la fuente para jugar con mi muñeca y conmigo, pero siempre llora y está triste, me dice que quiere que vaya con ella para nunca más estar sola
La madre sintió que un escalofrió espeluznante que recorrió todo su cuerpo, no entendía el porque las palabras de su pequeña producían esa sensación tan extraña, pero trato de tranquilizarse y pensó que solo era la imaginación de la niña. Pasaron los días y llego la tan esperada fiesta de Halloween, la familia invitó a cenar a una pareja de ancianos que los habían estado ayudando con las reparaciones de la casa, todos se sentaron a la mesa y la pequeña Sara ya estaba disfrazada con una capa negra y su cara toda pintada de blanco, al terminar todos conversaban, la pequeña le dio un beso a su madre y corriendo a la puerta gritó
  • Iré a buscar a Susan que me espera en la fuente para buscar golosinas
La madre volvió a sentir esa extraña sensación, la señora que escucho no pudo evitar preguntar
  • ¿Tiene una amiguita la pequeña, porque no conozco por aquí a ninguna niña con ese nombre?.
  • ¡Oh no!,
Sonrió la madre un tanto apenada
  • Es una amiga imaginaria, todas las tardes me dice que juega en la fuente con ella y que su nombre es Susan, pero es solo producto de su imaginación, cosas de niños
Y volvió a sonreír tratando de restarle importancia, pero el rostro de la anciana cambio de repente, palideció
  • Querida, esta casa era de una familia que tenía una hija, la pequeña salió una noche de Halloween a buscar golosinas, el padre al ver que no regresaba y se hacía tarde salió a buscarla, pero no la encontró, volvió desolado, y se puso a llorar en la fuente, pero al mirar al agua, allí, en el fondo estaba la pequeña Susan, sin vida.
La madre al escuchar esto se levantó y salió corriendo llamando a su hija, se podía sentir el miedo en sus gritos, un horrible presentimiento se apoderó de ella dejándola casi paralizada, y con temor, se acerco a la fuente, allí, en el fondo, yacía su pequeña Sara.
Yudelxis Ortega Viamontes. Cuba

Comentarios