Este es un reconocimiento a todos lo que nacieron un 28 de noviembre. Con Alicia a la cabeza. Hoy también hay un hermosos recuerdo.
FELIZ CUMPLEAÑOS Y NADA MÁS
Y dice así:
El niño que no quiero rebelar su nombre y de la Gran Nona -no le gusta esa denominación-abuela, -guacala-, a quien está dirigida y participe de esta anécdota-.
El niño, de apenas ocho años. El año pasado, nomás, era su primer nieto. Con la ayuda de su mamá, se había vestido lo más elegante, pero sencillo. La elegancia, no es ponerse una ropa cara. La elegancia, es la combinación de colores y sobre todo, cómo llevas puesta la ropa complementan su rol: la sonrisa a flor de labios y el caminar con el tumbao que tienen los guapos al caminar. El pequeño, ya había aprendido o mejor dicho, sabía sumar, restar, multiplicar y dividir.
En la sala la Gran Nona, leía, distraídamente una revista. Como toda ama de casa, se había olvidado de que, hoy día, era su cumpleaños.
El conato de hombre, infante, con las manos detrás de la cintura, se acerca a la del cumpleaños le da un beso en plena mejilla derecha y le dice
- Mamá, a ver, dime un número del uno al cien.
La bella dama, algo sorprendida, responde, claro no sin antes hacerse la que pensaba, pero todo sucede muy rápido. Por algo, se dice, siempre la experiencia, es madre de todos los conocimientos que cargamos a cuestas, responde
- Noventa y nueve
El niño, enseña lo que traía, escondido, en las espaldas. Abre con mucho cuidado una bolsa de caramelos Halls -no es propaganda, por si acaso-, rompe la bolsa, cuidadosamente, saca uno y le entrega, todos los caramelos. Enseguida se acerca más, le da un beso y le dice
- Feliz cumpleaños.
La santa, sonríe y abraza con amor a su primer nieto. No hay duda, los abuelos queremos más a los nietos. Atrae al niño y lo invita a que se siente en su regazo. No sé, pero a mi me gusto tanto, cuando me lo contó la cumpleañera, que decidí contárselo a Uds. queridos lectores. Así es que hasta mañana, de todas maneras.
Ah no se olviden, acaba de remecerse la tierra. Un ligero temblor, por todos aquellos que cumplen años hoy y especialmente a la protagonista, del cuento que les he narrado.
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