YO
Un, verdadero, poema no lo puede escribir cualquiera. Un poema, es una canción que habla por si sola de muchas situaciones, sentimientos, recuerdos, emociones, alegrías, penas. Un poema de amor tiene, obligatoriamente, dos enfoques: la alegría o la tristeza. Una moneda de dos caras, innegables. Pero, como vemos en la mayoría de casos, siempre gana la nostalgia, ante el brote alegórico del único sentimiento noble que tenemos los humanos: el amor. Por eso, es que vemos muy pocos poemas alegres que cantan al amor. Mientras que el sentimentalismo, la melancolía, la nostalgia, la pena, el dolor, afloran tan nítida como prontamente. Es tan fácil, relacionar, el amor con una traición, con el abandono; aún a pesar de que el autor ha trajinado por esos vericuetos de los deslices libre e impúdicamente. De ese tipo encontramos a los dos géneros humanos, mujeres y varones, por doquiera que leamos. Ah, es tan fácil hacerse la víctima. Y es tan difícil, demostrar la alegría que nos brota por los poros, ante la evocación del primer beso. Tener presente a la persona amada, cuando moldeó con sus manos nuestro rostro; peinó con sus dedos, nuestros cabellos; y calmó nuestra sed de amor, brindándonos deliciosos besos...
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