DILEMA DEL PERUANO: CORRUPCIÓN O SOCIALISMO
Lo inevitable, lo increíble, lo absurdo está sucediendo, en el Perú. Esto no es nada nuevo ya se veía venir desde 1980 en que retornamos a la democracia. Para precisar es desde la Asamblea Constituyente. Los primeros en tergiversar, fueron los divisionistas del Apra, comenzaron por utilizar el término izquierda democrática, bueno eran aires nuevos que venían de Europa. Y tenían antecedentes desde casi la mitad de siglo pasado. Inclusive desplegando toda su política intencional el jefe del partido mencionado ordenó que los asambleístas del partido llegaran antes de la hora indicada de comenzar la labores legislativas y ocuparan el ala izquierda del hemiciclo. Ya ahí descaradamente darían su mensaje de la izquierda democrática, izquierda responsable. Como alcanzaron una mayoría hicieron una constitución a su gusto y de paso encumbraron a quien nos iba a gobernar dos veces y el resultado, durante el primer gobierno nos dejaría en una grave crisis económica y durante el segundo periodo nos dejaría en una crisis moral, corrupción generalizada.
Retomando el siglo pasado, José Carlos Mariátegui, intelectual, autodidacta, seguidor del italiano marxista Gramsci, había conformado la CGTP -Confederación General de Trabajadores del Perú-. Y como, lo apristas, no pudieron tomar -hacerse suyo-, el ente sindical ya mencionado; al jefe del partido de la estrella se le ocurrió la magnífica idea de crear un ente al que denominó CTP -Confederación de Trabajadores del Perú-, y empezó el divisionismo entre los trabajadores. Es conocida la trayectoria de ese conglomerado de trabajadores. Cuando la CGTP empezaba una lucha por la reivindicación de los derechos de los trabajadores, la CTP se ponía del lado de la patronal y ordenaba a sus miembros ir a trabajar.
Hoy vemos que la CGTP continúa con sus tareas gremiales. Para la CTP, todo está en calma, no hay ningún problema.
Desde 1990, el Perú se ve afectado por un movimiento político que encabezó el ex-presidente condenado por genocidio y ahora enfrenta un nuevo proceso las esterilizaciones forzadas. Éste recibió todo el apoyo, por parte, del partido de la avenida Alfonso Ugarte. Es bueno recordar la forma en que trató al Jefe del grupo FREDEMO como sr Vargas y no Vargas Llosa. Para algunas personas ese trato pasó desapercibido. Pero la muestra de desconcierto del escritor nacionalizado español, se notaba en su rostro -tácticas de una polémica, desconcertar al contrincante-, y surtió efecto. El japonés, ganó la polémica y las elecciones. Lo demás es historia conocida. Eso si la corrupción, en general, que heredó del Apra se hizo evidente y descarada.
Ahora, estamos en el siglo XXI y como el expresidente que renunció por medio del Fax, ya no puede hacer nada, ahora cuenta con sus hijos. Ellos están empecinados en sacar de la cárcel, dorada, a su padre. Pero el pueblo peruano no olvidó los crímenes cometidos por el presidiario y le ha dicho NO tres veces a la hija que actualmente afronta juicios por corrupción. Aún así, nada está dicho. Hay que mantener la cabeza fría y el corazón caliente, y esperar los resultados de todos los procesos que le siguen.
Así es que el ciudadano de a pie, actualmente tiene un dilema. Votar por la corrupción, que representa Keiko Fujimori y la libertad de su padre, condenado a 25 años de prisión -un regalo, que no merece-. Y por otro lado, votar, por algo desconocido, el socialismo-, representado por un nonato de Presidente, que lo acusan de muchas cosas; pero que judicialmente se le tienen que probar. Les guste o no les guste a todos aquellos que no están de acuerdo con el gobernante del lápiz.
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