En el denominado Día del Campesino. Antes lo llamaban, despectivamente, Día del Indio; tomo a dos geniales compositores. Dos inmensos. Dos geniales. Uno peruano y el otro puertorriqueño. Le cantan un vals y un bolero, respectivamente, a su gente del pueblo, al campesino.
El primero fue un guitarrista, zurdo, que se daba el lujo de tocar el “palo trinador” con las cuerdas dispuestas para uno que tañera la guitarra con la mano derecha; exclusiva virtud de lo genios. Nació en Lima el 18 de julio de 1899 en la calle El Prado de los Barrios Altos. De baja estatura y como buen zurdo fue futbolista. Felipe jugó primero por el Alfonso Ugarte de los Barrios Altos y por el Deportivo Naranjos; luego perteneció́ a los equipos Atlético Lusitania, Sport Progreso, El Gráfico y el Sportivo Uruguay. debido a su habilidad, un mal jugador lo lesiona en la pierna izquierda, el dato me lo conto un viejo criollo “La Momia". Y si bien era bohemio, no disfrutaba del alcohol.
Por su lado Rafael, Hernández estudió música en San Juan, bajo la dirección de los profesores de música José Ruellan Lequenica y Jesús Figueroa. Aprendió a tocar muchos instrumentos musicales, entre ellos el clarinete, tuba, violín, piano y guitarra.
“El Jibarito”, quien nació el 24 de octubre de 1891 en el barrio Tamarindo de la ciudad de Aguadilla, en el oeste de Puerto Rico
Ahora voy al tema. No es comparación, de ninguna manera. Es una descripción de lo que crearon dos genios. Lamentablemente, Pinglo nace en el Perú y escribo lamentablemente porque mucho se apropiaron de sus composiciones, inclusive nuestro Felipe ayudaba a otros nacientes compositores; y no estuvo cerca de EEUU; tampoco tuvo la oportunidad de conocer boleros, etc; eso si tenía el conocimiento de One tep, fox trot, es decir estaba medio “alienado”, nuestro Felipe: NO. Compuso el famoso “Llego el invierno”, entre otros con el ritmo de fox trot, pero lo peruanizo y hoy día muy pocos limeños, saben que esa canción ahora es una polka criolla, hasta la bailan como tal. Pero los que sabemos, tiene otra forma de bailar.
Mientras, por todos sus temas, composiciones, “El Jibarito” fue reconocido en EEUU y el mundo. “El Felipe de los Humildes”, en su propio país, fue vetado; se prohibieron, la difusión radial de temas como “El Plebeyo”, “Mendicidad”, “Jacobo el leñador”, por un dictador militarote, que para vergüenza lleva el nombre de una gran avenida que une al Callao con Lima. Y por eso no lo escribo. Pero los que queremos al Perú, la seguimos llamando a esa avenida Colonial, inclusive en los microbuses, figura LA COLONIAL. El pueblo hace justicia.
Y voy al tema. Personalmente el vals “La Oración del labriego”, que no tiene nada que envidiarle al bolero “Lamento Borincano”
La Oración del
Labriego Vals - Felipe Pinglo Alva Es ya de madrugada, |
Lamento Brorincano Bolero - Rafael Hernández M. Sale loco de contento |
Como vemos ambos temas, de géneros totalmente diferentes, tienen algo en común; sus compositores son creyentes. Pinglo es devoto de la Virgen del Carmen y todos los 16 de Julio devotamente, asistía a la Procesión, de Los Barrios Altos. Desconozco de quien era devoto Rafael Hernández, pero por lo que estuvo en México y se casó con una mexicana, deduzco que debió ser devoto de la Virgen de Guadalupe. DeDefinitivamente la genialidad, tiene raíces en el pueblo. Describen la vida simple de la gente del campo, sus necesidades, el abandono que sufren.
Tengo la osadía de comparar a dos genios. Uno peruano y el otro puertorriqueño. Ambos son fabulosos. Ambos son maestros. Cada cual con una capacidad creativa que linda con la genialidad. Ambos se han inspirado en la realidad socioeconómica de sus respectivos países. Ambos conocían la realidad mundial. Por supuesto, cada uno lo hizo de manera diferente. No voy a caer en la trivialidad de escribir, que el peruano es mejor que el portorriqueño, de ninguna manera. Ambos son espectaculares. Ambos, son maestros. A uno lo llamaron el “Jibarito” y al otro Felipe Pinglo Alva, “Felipe de los humildes”, “El Bardo inmortal”. Si me refiero al portorriqueño Rafael Hernández Marin y al limeño, peruano Felipe Julio Federico Pinglo Alva, respectivamente.
El primero fue un guitarrista, zurdo, que se daba el lujo de tocar el “palo trinador” con las cuerdas dispuestas para uno que tañera la guitarra con la mano derecha; exclusiva virtud de los genios. Nació en Lima el 18 de julio de 1899 en la calle El Prado de los Barrios Altos. De baja estatura y como buen zurdo fue futbolista. Felipe jugó primero por el Alfonso Ugarte de los Barrios Altos y por el Deportivo Naranjos; luego perteneció́ a los equipos Atlético Lusitania, Sport Progreso, El Gráfico y el Sportivo Uruguay. debido a su habilidad, un mal jugador lo lesiona en la pierna izquierda, el dato me lo conto un viejo criollo “La Momia". Y si bien era bohemio, no disfrutaba del alcohol.
Por su lado Rafael, Hernández
estudió música en San Juan, bajo la dirección de los profesores de música José
Ruellan Lequenica y Jesús Figueroa. Aprendió a tocar muchos instrumentos
musicales, entre ellos el clarinete, tuba, violín, piano y guitarra.
“El Jibarito”, quien nació el 24 de
octubre de 1891 en el barrio Tamarindo de la ciudad de Aguadilla, en el oeste
de Puerto Rico
Ahora voy al tema. No es comparación,
de ninguna manera. Es una descripción de lo que crearon dos genios. Lamentablemente,
Pinglo nace en el Perú y escribo lamentablemente porque mucho se apropiaron de sus
composiciones, inclusive nuestro Felipe ayudaba a otros nacientes compositores;
y no estuvo cerca de EEUU; tampoco tuvo la oportunidad de conocer boleros, etc;
eso si tenía el conocimiento de One tep, fox trot, es decir estaba medio “alienado”,
nuestro Felipe: NO. Compuso el famoso “Llego el invierno”, entre otros con el
ritmo de fox trot, pero lo peruanizo y hoy día muy pocos limeños, saben que esa
canción ahora es una polka criolla, hasta
la bailan como tal. Pero los que sabemos, tiene otra forma de bailar.
Mientras, por todos sus temas, composiciones,
“El Jibarito” fue reconocido en EEUU y el mundo. “El Felipe de los Humildes”,
en su propio país, fue vetado; se prohibieron, la difusión radial de temas como
“El Plebeyo”, “Mendicidad”, “Jacobo el leñador”, por un dictadorzuelo militarote,
que para vergüenza lleva el nombre de una gran avenida que une al Callao con
Lima. Y por eso no lo escribo. Pero los que queremos al Perú, la seguimos
llamando a esa avenida Colonial,
inclusive en los microbuses, figura LA COLONIAL. El pueblo hace justicia.
Y voy al tema. Personalmente el vals “La Oración del
labriego” no tiene nada que envidiarle al bolero “El Jibarito”
Hay para seguir escribiendo, mucho más, bastante. Pero creo que por ahora basta y sobra. Les prometo nuevas crónicas al respecto. Ahora disfrutemos, estos dos hermosos temas que describen la realidad de la gente del campo, de los olvidados, de los votos que buscan los miserables congresistas y presidentes pero despues olvidan totalmente sus promesas
Comentarios
Publicar un comentario