REALIDAD NACIONAL - ¿LE LLEGÓ LA HORA A LA SRA K?

¿LE LLEGÓ LA HORA A LA SRA K?
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
Al parecer la suerte se le acabó a la Sra. K. Por fin el juez Víctor Zúñiga, con prueba en la mano, ha admitido acusar a Keiko Fujimori. Es muy dura la lucha, contra la corrupción, pero la verdad, se abre paso. No, es para alegrarse lo que se le viene a la hija del expresidente que cumple condena por genocidio y actualmente en proceso por esterilizaciones forzadas.
Debe de haber otros casos. Pero ante una acusación formal, ya no hay posibilidades de dar marcha atrás. De nada le ha valido todos los argumentos que plantearon todos los abogados que ejercieron la defensa. Pero, esto no queda aquí hay una serie de personajes que están haciendo cola, esperando su oportunidad para que le caiga todo el peso de la ley. Todos guardan un hermético silencio: por ahora está a la cabeza, de moda, a la cabeza, Pedro Catillo. Pero otros están antes: Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martin Vizcarra, Manuel Merino, Antero Flores Araoz, etc.
Pero a ninguno se le puede acusar, libremente. Todo proceso judicial tiene que seguir un proceso engorroso, que se va entorpeciendo debido a los sendos escritos, que presentan, los abogados defensores. Podrán demorar el avance de las acusaciones, pero de ninguna manera la podrán detener lo que tiene que seguir las acusaciones de los fiscales, la presentación de las acusaciones. Los denominados peces gordos se procuran, se agencian de abogados litigantes que cumplen su papel defender a sus patrocinadores.
En el caso de la Sra. K, sólo era de esperar, a que se cumpliera con reunir las pruebas que deben ser irrefutables. Aunque siempre la ley implica que existen ciertos riesgos, por ejemplo, pueden encontrar vacíos de los cuales los abogados defensores, se cogen para detener el avance del proceso.
Finalmente, creo, soy un convencido de que un día no muy lejano, la justicia brillará y quienes tengan que ir a la cárcel. Pues que vayan, nadie los inquieto e inclinó para que e desviaran de la senda del bien.

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