EN LA TUMBA DE CÉSAR VALLEJO EN PARÍS

Pasarán muchos, años; loañose sucederán unos a otros. Los olvidos quedarán atrás, tan olvidados que nadie los recordara; porque eso es el olvido. Pero aquel que dijo "Dios, si tú hubiera sido hombre"; nunca morirá; porque desde que nació, ya fue inmortal.
EN LA TUMBA DE CÉSAR VALLEJO  EN PARÍS
Tumba que ya no es una tumba sino un santuario, una huaca y una iglesoa. Adonde llegamos peregrinos, pallos, ñustas, escritores, maestros, poetas. Músicos con sus tinyas, puncullos y zampoñas, cada quien trayendo en el alma un presente, un poema, una carta, un mensaje de esperanza.
Nos consintieron las autoridades del cementerio que entráramos cantando y bailando porque donde reposan los restos del poeta universal, según nos dijeron, es el hito más visitado del cementerio por delegaciones de todo el mundo. 
E hicimos del homenaje por el centenario de Trilce una fiesta donde senjtimos a César Vallejo removerse de sulzura y alegría por escuchar el tronido de las sonajas que los pallos hacían sonar en sus pies sintiéndose él , como siempre quiso serlo, estandartero del Apóstol Santiago de su terruño. ¡Jajaylla, César!
tetos y fotos del genial Jaime Sánchez Lihón.

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