EL DISCURSO MÁS BREVE DE LA HISTORIA

EL DISCURSO MÁS BREVE DE LA HISTORIA 
HABLAR EN PÚBLICO.
Cuando, leemos, escuchamos la palabra discurso, se nos viene a la mente un orador una persona que va a hablar, disertar un largo tiempo. Pero no todos los casos se presentan así.
Por ejemplo uno de los discursos más elocuentes y motivadores que jamás se escuchó en la historia fue pronunciado por Sir Winston Churchill ante un grupo de jóvenes estudiantes en una escuela inglesa.
El primer Ministro con suma elegancia y tras un expectante silencio pronunció: 
  • Nunca se den por vencidos, nunca se den por vencidos, nunca se den por vencidos. Nunca, nunca, nunca. Ante nada que sea grande o pequeño, sublime o trivial, nunca se den por vencidos. A no ser que los aconsejen la convicción, el honor y el sentido común."
Un silencio con una etiqueta de "y ahora qué" recorrió toda la sala mientras Churchill regresaba a su asiento.
El discurso brevísimo de menos de treinta segundos dejó deslumbrados a cuántos les rozó las teclas de sus descorazonadas pasiones. Porque sus palabras llevaban una tremenda carga emotiva, que todos quedaron convencidos; de que frente a una situación determinada. No existía la posibilidad, la opción de dar un paso atrás o detenerse.  
Texto y foto recogidos  conexionemnpresarial

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