EL ALZHEIMER.

EL ALZHEIMER.
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a la memoria, al pensamiento y a la conducta o comportamiento de las personas. Los síntomas iniciales suelen incluir leves olvidos, dificultad para realizar tareas cotidianas, confusión, cambios de humor y desorientación espacial y temporal.
Una vendedora de una tienda decía al respecto.
Quién como ellos, que no tienen preocupaciones. Igual le da todo.
Pero lo que de ninguna manera, entiende esa trabajadora. Es que el paciente con Alzheimer tiene momentos de lucidez. Ahí es donde se presenta un problema. En ese momento de lucidez. Se da cuenta de todo lo que sucede a su alrededor y también será consciente de lo que le sucede.
Es impresionante verificar como poco a poco todo su aspecto cognitivo va desapareciendo. Sí llega a sonreír Pero esa sonrisa no es la misma de antes; su mirada perdida indica que su sonrisa también va perdiendo lucidez ese brillo que la caracterizaba de todas maneras. Tiene mucha voluntad, quiere hacer, por ejemplo bailar pero ya no puede hacer los movimientos coordinados al ritmo de la música que antes lo hacía
Quienes sufren más cuando se presenta un paciente de alzheimer son los miembros de la casa En definitiva son sus seres queridos sus familias, sus conocidos, todo va cambiando radicalmente. El consumo de medicina para ayude al paciente a que no se desencadene con crudeza el alzheimer. Y siga haciendo estragos en la persona; va aumentando en dosis primero las dosis son bajas pero enseguida van subiendo las dosis de pastillas de jarabes, hasta que ya no hacen efecto.
Muy pocas personas conocen, confían, tienen esperanza en la medicina natural. Existen raíces hierbas que facilitan un apoyo al paciente del Alzheimer. Por ejemplo, muy poca gente le da la debida importancia, a la maca que en realidad es un potente estimulante de las neuronas del cerebro. 
Nadie tampoco dice nada respecto al polen y la miel de abeja. Que cumplen un apoyo muy importante en el paciente del Alzheimer. En definitiva, no son remedios. Pero si se le administra de manera dosificada al paciente. Vamos a comprobar que le brinda beneficios y evita la radicalidad de la demencia senil.
Pero en definitiva el amor, que se le brinde al paciente cumple un rol, preponderante que muy poco lo reconoce la medicina científica. La paciencia es otro factor que, a lo mejor, no es valorado en su verdadera dimensión. 
Un forma es el trato que se le da, al paciente con Alzheimer, en un sanatorio, casa de reposo. El trabajador, la trabajadora, van y cumplen con su misión; pero siempre están a la espera de la fecha de pago. Más si esa persona brinda el servicio a varios pacientes más.
Y otro muy distinto es el trato que le dan en su casa, sus familiares e inclusive una persona que apoya en el servicio. Marca la diferencia el afán, el esmero, la paciencia, el cuidado; que recibe el paciente.
Los familiares de los pacientes con Alzheimer, deberían recibir un apoyo psicológico, por parte del seguro. Ser testigo del cambio radical que sufre su familiar con Alzheimer, es terrible; deja profundas huellas en la parte afectiva. Ver cómo poco a poco se va deteriorando la persona que tanto ama. Es algo que si no se sabe controlar, lo puede llevar con facilidad a la depresión, incluso le puede causar una hemiplejia o un derrame cerebral.
Imagen recogida del internet.

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