EL SOLSTICIO TAWANTINSUYANO.

EL SOLSTICIO TAWANTINSUYANO
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
En tiempos muy remotos, el simple runa, en grupos, deambulaba por las altas punas. La pachamama estaba muy enojada. Y se mostraba reacia a dar frutos por el trabajo del hombre. El hombre no tenía alimento. Las noches eran más largas y el frío más intenso.
El Sinchi, que después se convertiría en Inqa, jefe de todos los runas, caminaba muy preocupado. A veces pensativo, otras con el ánimo a punto de desplomarse. El curaca, había leído las hojas de coca. Había consultado a los APUS. Pero el silencio mental era más frío y cruel que el último aliento del hombre cuando se asoma a la inmensidad.
El puma también padecía de hambre. Las alpacas, las vicuñas, las tarukas se habían escondido en profundas cavernas. Salían, comían y de nuevo se escondían.
De pronto en el horizonte vieron la hermosa silueta de una grácil y pequeña vicuña. En silencio los runas rodearon al más delicado y fino de los auquénidos. El rubio vellon, de su pecho, relucía en la oscuridad. Todos pensaron, ahora sí comeremos. Capturaron al joven animal. Lo tenían sujeto. La leña de los queñuales, era avivado por los fuertes soplidos del hombre andino.
Ya lo iban a degollar, la piel serviría para hacer un manto para el hijo del Sinchi. Incluso habían decidido envíar a su jefe uno de los muslos, el otro se lo darían al curaca. Con las tripas, la cabeza y las patas iban a preparar un delicioso caldo con algo de maíz mote y trigo resbalado que ya habían sembrado y tuvieron que extraerlos de los surcos hechos con su chaqitaclllas.
Entonces se puso de pie el curaca. Su alta talla, hacía que él mirara para abajo, para ver la cara del runa. Y dijo
He tenido un aviso del Hanan Pacha. Y me ha pedido que le sacrifique al primer animal que veamos al amanecer. Y ya ven, en el Kay Pacha, se apareció está vicuña. Los APUS y los elementos del Ukju Pacha, esperan se cumpla. Con esa orden divina.
Nadie dijo nada. Todos en silencio obedecieron. Y al día siguiente el eje de rotación de la Tierra se inclinó hacia el sol y alcanzó su punto más extremo. La Tierra no giró en un ángulo recto perfecto en relación con su órbita alrededor del sol, sino que lo hizo con una inclinación de unos 23,5 grados. Esto hizo que todo cambiara al día siguiente duró más la luz de Inti. La Qilla, se retiró para dejar a las estrellas, los Qoyllor salgan y jueguen en todo el universo.
Desde ese día apareció el solsticio del verano o Inti Raymi que se representa por ser el día más largo del año en que somos alumbrados por la mayor cantidad de luz solar. En cambio el equinoccio, cambio en forma radical y desde ese momento el día y la noche tienen, como lo podemos comprobar la misma duración, es decir, cada uno poseen unas 12 horas. "Y que por lo tanto el solsticio de verano es el Año Nuevo andino". Nos indicó el Dr Edgar Meza Arestegui, autoridad en Folklore, en el Perú.
Por esa razón debemos de celebrar nuestro Año Nuevo en el Perú y América del Sur. Porque nosotros nos alimentamos con productos que nos da la tierra.

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