AUTORETRATO A LOS VEINTE AÑOS

EL FASCINANTE MUNDO DE LA LECTURA.
AUTORETRATO A LOS VEINTE AÑOS 
Roberto Bolaño
Me dejé ir, lo tomé en marcha y no supe nunca
hacia dónde hubiera podido llevarme. Iba lleno de miedo, se me aflojó el estómago y me zumbaba la cabeza: yo creo que era el aire frío de los muertos.
No sé. Me dejé ir, pensé que era una pena acabar tan pronto, pero por otra parte escuché aquella llamada misteriosa y convincente. O la escuchas o no la escuchas, y yo la escuché y casi me eché a llorar: un sonido terrible, nacido en el aire y en el mar.
Un escudo y una espada. Entonces, pese al miedo, me dejé ir, puse mi mejilla junto a la mejilla de la muerte. Y me fue imposible cerrar los ojos y no ver aquel espectáculo extraño, lento y extraño, aunque empotrado en una realidad velocísima: miles de muchachos como yo, lampiños o barbudos, pero latinoamericanos todos, juntando sus mejillas con la muerte.

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