En estas fiestas patrias, con todo lo que viene sucediendo en nuestra sufrida y dolida patria. Creo que es muy bueno recordar el querido colegio que nos albergó en la hermosa edad de escolares.
EL CN "JOSÉ OLAYA", LA PERLA EN 1966.
En mi vida recuerdo con mucha alegría mi paso por cuatro colegios estatales. También anduve por planteles privados; pero no sé por qué no los amo como en el caso de las Escuelas Fiscales "Simón Bolivar" de Miraflores, 479 San Martín del Callao, el CN de Varones "José Olaya" de La Perla y la GUE "Bartolomé Herrera de SanMiguel, Lima.
La imagen del lado derecho es tal como lo conocemos en la actualidad.
No hay nada peyorativo despectivo o que se menosprecie a un colegio de otro. Solo es la mera descripción y en dar a conocer cómo se desarrolla los 30 minutos de recreo, de descanso; enlajornada estudiantil.
Siempre remarcaré que el CN "José Olaya" no tenía fronteras. Es decir no tenía paredes qué lindarán con el exterior de las calles que lo rodeaban. Casi todo era terreno terreno abierto. Salvo algunas casas que existían por el lado que daba a la Avda Brasil. Dos grupos de ellas. Por en medio se salían a la mano izquierda directo al área donde funcionaba el cine La Perla -hoy una cochera, playa de estacionamiento-, y el otro a la mano derecha iba directo a la Comisaría de La Perla. Cruzabas la pista y ya te encontrabas en la Parroquía de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí asistían todos los perleños los días domingo a escuchar la misa. También funcionaba un grupo juvenil "La Legión de María", grupo de oración y que realizaba obras de bien social, visitábamos a enfermos, etc.
Después a la espalda que da a la Avda La Paz, había una especie de pasaje que formaban dos muros de dos grandes casas. Salía casi directo a una canchita de fulbito; ahí íbamos y jugábamos unos encarnizados partidos con seis o cinco jugadores, según los grupos que salíamos. Apostábamos nuestras propinas o en todo caso nuestro pasaje veinte centavos S/ 0.20 que cobraba el urbanito. El bus venía por la calle Atahualpa y giraba a la mano derecha por Brasil. Rumbo al Callao cercado.
Para la calle Washington, encontrábamos una gran pared que era el ingreso a nuestro colegio. Tenía un gran portón. Por ahí ingresábamos los alumnos, a los dos únicos pabellones de dos pisos donde estudíabamos en grandes aulas y nos sentábamos en carpetas bipersonales, grandes muy pesadas, con cajones donde colocábamos nuestros cuadernos, libros y material de estudios que traíamos para estudiar.
El frente de nuestro querido plantel quedaba donde en la actualidad está ubicada y da a la calle Atahualpa. Propiamente donde terminaba un grupo de casas había un muro derribado. Por ese muro derribado llegaron un par de escolares. Ahí conocí a quien sería después mi amigo, recuerdo que le dijeron: Hola Ruda. La impresión de esa voz identificaba al adolescente como "un bravo", un mechador, un trompeador. No había una pared. Pero era el ingreso, hoy ahí está la puerta principal del plangtel. Ingresabas a la mano izquierda está un pabellón, donde funcionaba todo lo que era administración. Hasta hoy lo es. Funciona la Direción del colegio, taller de la banda de guerra que recién se formaba en 1966.
En lo que ahora se conoce como patio solo abundaba desmonte, deconstrucción civl que muchos camiones o carretillas de construcción civil iban y dejaban despreocupados e irresponsablemente en lo que es hoy nuestro querido Colegio Nacional de Varones "José olaya".
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