UN RECREO CON "EL GAUCHO" EN EL BARTOLO.

Seguimos con el recuerdo de la maravillosa edad estudiantil, escolar. Hermosos recuerdos que quedan en algún rincón y se niegan a morir en el olvido.
UN RECREO CON "EL GAUCHO" EN EL BARTOLO.
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA.
Cuando llegue a la GUE "Bartolomé Herrera" era una inmensa Institución educativa que comprendía toda una manzana; y estaba cercado todo por una gran por una alta pared, conocida como "la tapia". Muy utilizada, para el ingreso por los tardones. Y para escaparse, por los evasores. La fuga como el ingreso eran una especie de aventuras. No sabías lo que iba a suceder. Por ejemplo si te "pescaban", es decir te encontraban y te capturaban en plena fuga estabas frito pescadito. Te caía palo, rigor físico con una palmeta o cualquier trozo de madera, que servía para los fines de "correción" y suspensión por una determinada cantidad de días uno, dos, tres días y si eras reincidente, una semana con la respectva llamada de tus padres que era otra tanda, catana fija en casa. Si te encontraban "tirando tapia" para el ingreso, unas caricias de corrector en las cuatro letras que lo dejaban muy caliente; de paso perdías una o dos horas, te recluían en un ambiente o al aire libre.
La foto, corresponde a la época en que estudiábamos. Hoy luce un frontis distinto. A nuestro gusto, todo tiempo pasado fue mejor.
En el Bartolomé Herrera también habían jóvenes que se dedicaban al fútbol razón. No es casualidad que saliera, resultara el fin de año campeón del interescolar 1970 a nivel nacional es decir de todo el Perú
En este plantel existía un gran kiosco donde se vendía panes con salchichas con huevo café gaseosas refrescos frutos lo que los estudiantes podían consumir de acuerdo a su a la propina que llevaban al colegio
Recién había llegado y me había hecho amigo de uno un moreno delgado ¿Causa cómo te llamas? Dime Canela, nada más y sin más me senté en la carpeta bipersonal que utilizábamos en ese tiempo. Como siempre me gustó escribir, gané fácil fama pronto.Y un hincha mi compañero de carpeta.
Después me hice de algunos compañeros del 4to año "D" de letras. Segundo piso junto al baño. A la hora del recreo la mayoría, con prontitud, se iban a las instalaciones donde funcionaba la Banda de Música escolar. Ahí también prestaban guitarras. A los estudiante que quería llevar una guitarra a la hora del recreo. Eso sí el alumno tenía que dejar un libro o un cuaderno para que lo identificara. Si eras el primero en llegar escogías la mejor guitarra.
Sería casí después de un mes en que nosotros los estudiantes de letras nos reuníamos cerca al kiosco ahí vi por primera vez identifiqué al "Gaucho" Enrique Garbusov Sáez Hernández. Este era un muchacho blancón, ario. Tenía una guitarra en la mano Y de pronto se acercó trayendo una guitarra por su parte mi compañera de carpeta "Canela" Roberto Bocanegra Cuba también. Ambos se pusieron a tocar, "Canela", hacía de segunda. Y "El Gaucho" era la prima, primera. Me llenaron los ojos y el corazón 
En eso se acercó un compañero apellidado Arakaki y le llamaban mascafierro, obvio. De pronto Ernesto Arakaki sacó un papel del bolsillo de su camisa y se lo entregó al "Gaucho". Éste lo leyó y comenzó a tocar algunas notas. "Canela" lo seguía muy bien. Entonces comprendí que le estaban poniendo música a unas letras.
Mi compañero de carpeta "Canela", guitarra en mano. También aportaba acordes. Pasaría cerca de 10 minutos; de pronto el gaucho cogió el papel lo doblo y se lo guardó en el bolsillo, de su camisa, despreocupado. Y de ahí empezó a tocar una balada instrumental, "Canela" lo secundaba muy bien.
Un escolar, siempre canta muy a su manera, imitando a cualquier cantante. Yo no me quedaba atrás. Fueron maravillosos, esos dos años. Dejaron hondas huellas en mi personalidad. Tanto los maestros como los compañeros de estudios. Ya viene las aventuras con LOLO.

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