DESARQUEOLOGIZAR LA CULTURA NECROFÍLICA EN LAMBAYEQUE

DESARQUEOLOGIZAR LA CULTURA NECROFÍLICA EN LAMBAYEQUE: luchar contra un imperio de intereses creados
Nicolás Hidrogo Navarro 7
La imperancia del reinado de la cultura arqueológica y necrofilia en la región Lambayeque, es todopoderosa y casi arqueologeocéntrica (la historia de Lambayeque, según ellos, no se puede revalorizar ni explicar sin el pasado, como si desenterrando muertos los vivos van a ser más felices y van a mejorar su calidad de vida) y ha dado pie a varios síndromes y complejos: síndrome del aiapaec mochica que se siente un reyezuelo gestionando y construyendo su propio museo-tumba vitalicia y perpetua, síndrome del sepulturero feliz excavatumbas asalariado que piensa y hace creer que el muerto es más historia y vale más que el vivo. Hay ingentes recursos económicos para desenterrar muertos que para atender a la cultura viva, es una asignación de 99% contra 1%. La Unidad Ejecutora Naymlap Nº 5-Lambayeque, cual morgue infestada de cadáveres sin autopsia, ha creado necrópolis imaginarias en el ideario de los lambayecanos y solo ha sido creada única y exclusivamente para atender al inframundo muchik, de los muertos prehispánicos, antes que de los cultores vivos del arte y la cultura actual que sueñan y respiran. Donde está la plata se mueven los pescaditos y la palana y la brocha bailan cual monos organilleros. En un experimento pauloviano, habría que quitarles un quinquenio el presupuesto para ver si es cierto esa frasecita que “Cqaec eiñ maeiñ aeiz muchik, ñampaxllec” y cogen su palana y sin sueldo alguno empiezan a descubrir la historia del pasado que tanto pregonan amar. Soy consciente que las tumbas traen turistas y el turismo el money (¿pero para quién?); los libros, no. Todo huele a muerto y si es más viejo, mejor. Los vivos deben esperar, los muertos tienen prioridad.

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