DEL TERRORISMO SOCIAL AL TERRORISMO URBANO

DEL TERRORISMO SOCIAL AL TERRORISMO URBANO 
PERCY ANTONIO COLLAO ALVA
Nada de lo humano, queda estático, inerte. La dieléctrica social, nos indica. Que tanto el bien como el mal, evolucionan o involucionan.
El bien involuciona, cuando uno o vários de los buenos elementos. PNP, autoridad judicial, legislativo o ejecutivo. No cumplen con sus funciones. Se corrompen. Y se dejan llevar por sus pequeños intereses.
El vil dinero, la opulencia. Desbordan los marcos de la legalidad de una nación o ciudad.
En una de mis tantas aventuras, periodísticas escuché la siguiente graficación.
Era un mediodía. El calor era tan sofocante en la frontera, entre Ecuador y Perú. Que ni las moscas querían patrullar los platos sucios del almuerzo. No salía ni una sola gota de agua del caño. Todo era modorra.
Tres hormigas contrabandistas -personas que contranbandean al menudo-. Pequeñas cantidades de determinados productos. Esperaban con ansiedad el menor descuido del recién llegado, gordo, sargento de la GC -policía que resguardaba las fronteras-. El efectivo había llegado el día anterior al mediodía.
Los tres hormigas contrabandistas, se acercaron, al puesto policial. Saludando al policía. Le invitaron unas latas de cerveza helada. A la vez que le daban la bienvenida, con muestras de efusividad. 
El efectivo, no aceptó. Los rechazó con cortesía. Intuyó la jugada.
Con las cajas destempladas. El trío se retiró. Uno de ellos mastico —está nuevito. No aceptó a la primera. Es probable que fuimos muy aventados. Pero alguien será el primero. Vámonos, mañana lo intentaremos de nuevo. El calor juega a nuestro favor.— Pero uno de ellos masticó entre dientes —no mejor esperamos un rato a ver qué sucede— Y se retiraron destapando sus respectivas latas y consumiendo el contenido con bastante ruido.
Bajo un añoso árbol, de algarrobo. Se echaron a retozar. Los seis costalillos llenos con prendas de vestir, esperaban con paciencia, su turno.
Pestañearon un momento, que parecía todo un día.
De pronto de la nada se escuchó una voz infantil —ya sargento, inicio el recorrido van seis— Del fondo de la habitación respondió una voz somnolienta  —está bien déjame dormir un rato—
Y el muchacho se escabulló tan pronto como había llegado.
Ese breve diálogo había despertado a los dos hombres. Alertas, buscaron de dónde había salido la voz infantil. buscaron y todo era silencio. No había nadie. 
Desanimados. Se echaron de nuevo en la arena y quedaron de nuevo dormidos. No quedaba otra, hacer tiempo.
Ya se estaban quedando dormidos. Cuando en eso escuchan, de nuevo, la voz del chico. —Sargento, ya acá están los 180 mangos; con la próxima termino— adormitado el uniformado preguntó —Oye y Clarita va a venir verdad, ¿a qué hora?— El churre como que no le da importancia y responde al rato, sargento. —La Clara, mi hermana, está en el río lavando la ropa. Si quiere vaya a verla—
El GC sobándose los ojos refunfuña  —grrr y quién se queda cuidando el puesto— el zamarro sonriendo responde —yo pe sargento— Y el mocoso desapareció.
El contrabando, hormiga, se da con bastante fluidez. No sé daña a nadie. Es el mal menor.
He conocido GC que alquilaban sus revólveres, Smith weson, por cincuenta soles. Las matracas, se alquilaban a 200 soles.
Cuando el delincuente caía con el arma. Ya era toda su responsabilidad. El custodio, para salvar su pellejo. Sentaba la denuncia en la comisaría. Con fecha del día anterior.
Aunque se daban los casos en que, en efecto, a un efectivo. Le robaban su arma. Ese sufría las de Caín. Porque a veces el arma era utilizada en un asalto. Y si un civil resultaba herido o muerto. Bueno, la situación era muy delicada. Por decir lo menos.
El terrorismo social ha disminuido en grandes proporciones. Aunque como no se soluciona el problema como debe ser. El aspecto económico. La violencia sigue. Porque el mal está ahí.
Lo que es inexplicable. Es que existen personas. Que sabiendo que es peligroso. Llevar un celular en la mano. Siguen exponiendo, sus vidas.
Se denuncia el asalto, el robo, la sustracción. 
Pero la gente no toma conciencia de ese hecho y suceden casos en que por robarles un celular, los matan a balazos.
Con la venta de armas ilegales. Las armas que traen de contrabando, etc 
Hace varios años. Un militar. Hoy congresista, declaró a los medios de comunicación de que debía tipificar como terrorismo al asaltante que porta armas y se les debe jugar como se hizo con los seguidores de Abimael Guzmán. 
Pero no pasó nada y todo quedó ahí. Pero de que existe violencia urbana. Esa es una gran verdad. Que no se quiere reconocer
Y por eso campea la violencia urbana.
La imagen fue recogida del internet 


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