LA VIUDA DE LOS GATOS

LA VIUDA DE LOS GATOS 
ISIDRO GARCÍA VARGAS 
Cuenta la leyenda que una joven y hermosa mujer llamada Layla quedó viuda a los 16 años, su padre la había vendido a un rico hacendado a la edad de 14 años, el cual decidió hacerla su esposa al ver su belleza y cuando este murió ella heredó todas sus riquezas. Al poco tiempo el padre ya era el amo de todas esas tierras y del dinero de su joven hija. Al año siguiente, el padre volvió a casar a Layla con otro hombre mucho mayor. Él era un comerciante de telas muy adinerado.

Al cabo de 2 años volvió a quedar viuda, y mucho más rica... ya la noticia se había extendido de que la joven mujer atraía la mala suerte, pues ya a tan corta edad era viuda por dos ocasiones. Al cabo de unos meses, la joven viuda conoce a Leonidas, un joven que se enamoró perdidamente de Layla y no creía en maldiciones ni nada. Layla, por primera vez, sí deseaba casarse con Leonidas. Como el joven gozaba de una posición económica muy buena, el padre da el consentimiento para que Layla se case por tercera vez.

Transcurrió otro par de años y Layla y Leonidas eran muy felices pero no duró mucho su felicidad pues Leonidas también murió en un extraño accidente... Layla estaba destrozada y se encerró en sus aposentos, no quería recibir visitas de nadie,los únicos que se escabullian en su dormitorio eran un par de gatos pardos , que a medida que pasaba el tiempo ya no eran dos sino más de 10... Layla compartía la comida con sus amigos felinos...

Cuando ella por fin decidió abandonar su dormitorio, los gatos la seguían por todos lados. La gente del pueblo la miraba con desprecio porque el cura del pueblo había corrido la voz de que era una bruja porque tenía muchos gatos negros, y con 22 años ya había enterrado a tres esposos. A Layla no le importaba, pues ella no quería volver a casarse nunca más.

Pasaron los días, las semanas y meses y el rumor de que en el pueblo había una bruja pronto se extendió por todos los lugares. La habían apodado la viuda de los gatos...

Sucedió que una noche hubo una gran tormenta y cayó un rayo justo en la iglesia del pueblo, y para la mala suerte de Layla se lo atribuyeron a ella. Al segundo día, un pueblo enardecido coge a Layla y la queman viva en la hoguera argumentando que es una bruja; no les importó la súplica del padre de Layla.

Layla gritaba y pedía ayuda,entre gritos de dolor decía que era inocente, pero la joven se quemó en la hoguera mientras pegaba gritos desgarradores y dijo casi sin aliento: juro que me vengaré de cada uno de ustedes...

En la noche, el padre, llorando, solo recoge su cuerpo inerte. Nada quedaba de su hermoso rostro, era una escena desgarradora. El padre la pone en un ataúd y la lleva hasta su gran mansión. Los únicos que le hacían compañía eran los gatos, que maullaban de dolor por la muerte de su protectora. El padre, llorando, se confiesa frente al cadáver de su hija, que por su avaricia, había dado muerte a sus tres yernos . Estaba muy arrepentido y no podía soportar el dolor y la culpa, frente al cadáver de Layla tomó veneno y se mató...

Esa noche hubo otra gran tormenta con rayos y truenos, y cayó justo en el gran campanario del pueblo... Los moradores estaban muy asustados, se lo atribuyeron que era la maldición de Layla; nadie quería entrar a esa mansión. Le tenían mucho temor. Solo los gatos eran los únicos que habitaban esa casa.

Y en el pueblo aún había sucesos paranormales. Veían pasado la medianoche a la viuda de los gatos, ella caminaba por toda la ciudad rodeada de sus gatos... pasaban las semanas y una plaga de gatos se desató. Cada día eran más los gatos, en cada esquina del pueblo había tres o cuatro, y los accidentes estaban a la orden del día. Uno, cocinando, se tropieza, cae de cabeza en un caldero, otro se ahogó en el río, otro rebanando pan, se corta la mano y muere desangrado, otro se cae del granero. Otras muertes eran tan simples como caerse de las escaleras, así uno a uno todos los que participaron en el vil asesinato de Layla iban muriendo. El cura, el instigador de todo, estaba con mucho miedo y todo se lo atribuyó a los gatos, y en una noche particularmente oscura y fría, se escabulle con una antorcha con la intención de acabar de una vez por toda con los gatos. Llegó hasta la puerta de la gran mansión para así quemarla, pero la puerta se abrió de repente y ve a Layla pálida y hermosa con un gato negro en la mano. El cura se asusta y sale corriendo, pero los gatos le caen encima y del miedo suelta la antorcha de sus manos y se le prende la sotana. Él intenta sacarse la sotana , pero no puede, por más que lo intenta, y grita aparatosamente mientras tiene una muerte horrible igual a la de Layla.

Layla lo mira con rencor mientras el gran portón de su mansión se cierra... 

Cuenta la leyenda que Layla terminó vengándose de todos quienes la quemaron viva.

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