SER O NO SER

LOS LUNES CON LUCHO
SER O NO SER
Este "Ser o no ser, esta es la cuestión", del Hamlet shakesperiano da pábulo a estas notas que quieren mostrar el ancestral y angustiante problema, no resuelto, sobre el vivir y fenecer.
Los hombres ilustrados, con su sabiduría a cuestas, penetradores de la insondable ruta del pensamiento, hiperlúcidos, trataron de responder estas acuciantes preguntas que los persiguen de manera inmisericorde.
A pesar de sus continuos insomnios, obtener un claro convencimiento que elimine sus desasosiegos, les resulta fallido.
Sin excepción alguna, las dos interrogantes subyacentes, buriladas en todos los matices y tonos se reduce a ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte?
El excelso poeta alemán Goethe, el de "Las cuitas del joven Wherter" (búsquenlo) se consolaba: "La vida es una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas"
Y por curioso contraste, la españolita Marisol, en plena adolescencia entonaba: "La vida es una tómbola, ton, ton, tombola, de luz y de color...".
Las palabras, en ambos casos, son latentes y vivas.
En tanto que la vilipendiada Muerte constituye la cesación del homo sapiens. Otrora cantarina, enmudece: sus arpegios diluídos, van en busca de sones mayores.
Y, por contraste, El Gran Combo de Puerto Rico, salseros por antonomasia ellos, aseguran que: "Yo soy la muerte, yo soy la muerte, la muerte soy, tengo en mi alma una pena y en mi vida una condena..."
Los oráculos délficos, en su mitologizante sabiduría de siglos, al ser temblorosa mente inquiridos sobre estas dos incognitas, respondían con oscuros acertijos, indescifrables los más. No sabían, no podían retrucar las preguntas humanas; para ellos, acumuladores de la ciencia sensible e hipersensible, también constituían verdaderos y reales enigmas.
Estos mis parcos balbuceos, han sido tratados in extenso por filósofos, poetas y escritores, desde que el mundo es mundo; han puesto su genio en sus vocablos cuidando, siempre, de cargarlas de inmortalidad.
Más, en el correr de los siglos, surgen pensantes con nuevas cargas emocionales que avasallan lo que en apariencia era indubitable: creando las diversiformes escuelas llenas de teorías y conceptos. Y así acontecerá en tanto el sesudo pensar constituya un encadenamiento incesante que buscará respuestas.
Estos vuelos intuitivos que les alcanzo a continuación, provienen de mi duplicidad humana: allí moran las esperanzas y las ansias.
Buscan a tientas un estrecho camino que lo llevará a ese desvaído horizonte que se pierde en la lejanía.
SONRIENDO A LA UTOPIA
Me maravillo: sextuplico
mis sentidos, elimino lo
fugaz, lo perecedero. Me
mimetizo con la vida.
Quiero alcanzar la brisa
pasajera del plenilunio en
los instantes en que el rocío
humedece quietas flores.
Voy a asir los fastos
multicolores en pleno;
hallare rostros anhelantes,
sus susurros crecerán desde
su opacidad hacia la viva
luz, cuidaré que no se
fugue ningún destello, todo
será fulgurada exaltación.
En este converso instante
he de coger candoroso el
soñado yelmo, viajaré
raudo lleno del espíritu de
paz traspasado de emoción:
será el conjuro, el
juntamiento de todos los
cielos celestes existentes
con todos los hombres
de la tierra existentes.
Las imágenes fueron recogidas del internet

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