NEOCRACIONISTAS - TARDE Y RÍO, ESPINAZOS RETORCIDOS DEL SILENCIO

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TARDE Y RÍO, ESPINAZOS RETORCIDOS  DEL SILENCIO

Nicolás Hidrogo Navarro

El famélico río esmirriado, es una vena zigzagueante entre los juncos y cañaverales inundados por la chala y el feroz mordisco del ubérrimo sol utcubambino. Al fondo, se ven los cocoteros apelmazados en fila India, desnudos ante el universo. El cauce se ha reducido a una mínima expresión neurasténica de una aorta arteria femoral. El río está debilitado, aguas arriba por Bagua Grande, Magunchal, El Aserradero, Pedro Ruiz y Leymebamba, no llueve, se pueden ver los huesos crudos del cauce; y, el caudal, es apenas una décima parte de lo habitual. {(La ventolera tarde se agrieta,  entre las marismas de la tristeza, se deshace pálida entre la orfandad de la noche).[(Entre el silencio bizco de las riberas, rueda una melodía quebrada de 1975, mientras caminaba desde la Ricardo Palma 313 hasta la 16210 …♬♩♪El mundo más hermoso/ lo vería por ti/Pero no sé qué hay entre nosotros/Que me separa cada día más de ti/Esa pared/Que no me deja verte/Debe caer/Por obra del amor♫♬≣♫♬♯♫Esa pared- Leo Dan-Leopoldo Dante Tevez. (EL cine Tropical bulle de gente, es sábado y dan una de Bruce Lee, El juego de la muerte, de 1978). (La avenida Chachapoyas está sepultada por un terral al paso del Olano).]. La tarde grita sus fonemas entre la noche de la José Santos Chocano y la avenida Chachapoyas, en Bagua Grande, se desata la lluvia y parecen caer grandes nubarrones de tristeza[(El polen de los Omaguas, gorgoritean entre el cerro Collicate y Tomocho). (La conocí en la UNPRG, ella sería mi amor eterno, ella la de los robacorazones, la enfermera y luego matemática).(Le prometí  que moriré en sus brazos,  con ella inicié todo lo literario).].Me acurruco entre sus brazos en la Libertad, entre mi ruma de libros, ella empezó a mirarme con esa misma tristeza.  La noche bosteza entre nuestras pieles fosforescentes,  las sombras son un mantillo golpeando el rabo del universo}.Es verano y todos sabemos que en cada estío el río se ve indefenso ante los demás. Cashcas, pempes, lifes, plateadas, y doradas, todos se han quedado varados en las pozas verdosas del río disminuido. Más al fondo se divisan los arrozales con sus humaredas después de haber sido cosechados, retorcidos por el bravío sol de la tarde sanguinolenta. Un extenso pedregal reseco, irradia sus pensamientos al viento. Parece que la tarde se ha quedado estancada entre las nubes y  los matorrales. Los pájarobobos lucen endebles ante la escasa brisa solariega. Un par de gallinazos pictografía el horizonte, los chigüizos reverberan en las orillas. Se siente el acre sopor de la tarde, apenas amenguado por una brisa escasa y débil. Al fondo, escondido entre los cañaverales está la única balsa cautiva que va rengueando, rengueando de una orilla a otra. Un burro garañón y negro rebuzna en la llanura y otro le responde entre los cocoteros. Un perro solitario se ha quedado varado en la otra orilla, le pago al balsero 10 soles para que nunca lo deje varado. No hay nadie trabajando entre Los chacrales, es verano y hace un calor infernal de 46°C a la sombra. Pero el río y su remanso siguen corriendo esa imaginaria maratón hacia su debacle, aunque moribundo, pero sigue encaminando hacia el espinazo sangrante del Ucubamba, luego al Marañón, se unirá con el Chinchipe, con el Nieva para dar al grandioso Santiago y luego morirá en el Amazonas. Se han formado islotes blancos en la panza del río y sobre la cresta de ellas, el viento barrita en medio de las aguas mansas, las nubes parecen nabos cortados en tajadas, servidos sobre un plato negro de óxidos ribonucleicos. Los cerros azulados gorgoritean sobre el réquiem matinal y acaso un neurasténico aleteo de chiclones y garzas rasgando el verano y envenenándolo de misterio, ensucian el ocaso de este agosto de 2024 que se quiebra hoy en mil pedazos en medio de la cuesta en medio del silencio y la nada. Tranquila amor, a ella ni la toco. Eres mi universo todo con todos sus planetoides. Eres el espacio de mi silencio, la garúa estancada entre mi verbo, la metáfora arrodilla ante el pleonasmo prosopopéyico.

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