BELÉN Y LOS GATOS

Está breve narración, tiene aspectos interesantes. 
De una manera sencilla. Describe un hecho, describe cómo es la venganza de una persona los gatos.
Los gatos son animales independientes. Al gato nadie lo acaricia. El gato elige a la persona y él hace se hace acariciar por el elegido.
Muchas leyendas se tejen alrededor de los gatos. Hay que puntualizar que los egipcios. Tuvieron como divinidad a los gatos. 
BELÉN Y LOS GATOS 
Carla Bustamante 
Belén era una muchacha solitaria. Había regresado a un pueblo perdido después de muchos años, a vivir en una casa que le habían dejado. La gente del pueblo la veía con desprecio porque era diferente. No hablaba mucho, apenas iba al mercado para vender hierbas. Siempre estaba rodeada de gatos negros, esos que todos odiaban porque decían que traían mala suerte o eran brujas.

"¡Bruja!" le gritaban a veces los niños desde lejos, pero Belén nunca contestaba.

Un día llegó un hombre al pueblo. Quería comprar la casa de Belén para hacer un centro comercial. Ella se negó.
—No vendo mi casa. Váyase.

Furioso, el hombre fue a hablar con el cacique, un hombre malo que gobernaba el pueblo con miedo.
—Si me ayudas, te pagaré bien. Esa vieja no sabe con quién se mete —le dijo el hombre.

El cacique, con una sonrisa que helaba la sangre, aceptó.
—Deja todo en mis manos.

Esa noche, el cacique reunió a la gente.
—Esa bruja nos traerá desgracia. ¡Quememos su casa y acabemos con ella antes de que sea tarde!

La gente, con antorchas en mano y gritos de odio, marchó hacia la casa de Belén. Golpearon su puerta y rompieron las ventanas.
—¡Sal, maldita bruja! —gritó el cacique.

Belén salió, rodeada de sus gatos negros, con los ojos llenos de miedo.
—¿Qué les hice? —susurró, pero nadie escuchó.

Le prendieron fuego a su casa. La muchacha intentó salvar a sus gatos, pero la atraparon y la arrastraron al centro del pueblo. Los gatos, maullando de desesperación, se escondieron entre las sombras.
—¡Quémala también! —ordenó el cacique, y así lo hicieron.

Los gritos de Belén resonaron en la noche mientras el fuego la consumía. El cacique y los demás reían, celebrando su "victoria".

Pero cuando todo quedó en silencio, se escuchó algo. Un maullido. Luego otro. Y otro más. De entre las sombras, cientos de ojos brillantes aparecieron.

—¿Qué es eso? —preguntó uno de los hombres, asustado.
—Solo gatos... —dijo el cacique, pero su voz temblaba.

Los gatos comenzaron a rodearlos, sus maullidos eran más fuertes, como un canto infernal. Las personas intentaron correr, pero era tarde.

—¡No! ¡No puede ser! —gritó una mujer cuando un gato saltó sobre su rostro, arrancándole un ojo de un zarpazo.

—¡Ayúdenme! —gritó un hombre mientras los gatos lo tumbaban al suelo, desgarrando su carne con sus garras y dientes.

El cacique intentó refugiarse en su casa, pero cuando cerró la puerta, ya había gatos adentro, esperándolo.
—¿Qué quieren? ¡Fuera! —les gritó, con el rostro pálido de terror.

Uno de los gatos, el más grande, saltó sobre él y le clavó los dientes en el cuello. El cacique cayó al suelo, pataleando y ahogándose en su propia sangre. Antes de morir, escuchó un susurro en el aire, como si fuera la voz de Belén :

—Justicia...

El pueblo entero fue devorado esa noche. Los gatos no tuvieron piedad. Dejaron calles llenas de cuerpos mutilados, gritos ahogados y paredes manchadas de sangre. Al amanecer, los pocos sobrevivientes miraban el desastre con ojos vacíos. Los gatos desaparecieron, pero su odio quedó impregnado en el aire.

Nunca más volvió a crecer una flor en ese pueblo. Ni se escucharon risas. Solo el eco de los maullidos de aquellos gatos, recordándoles que la crueldad siempre tiene un  precio y el que la hace riendo llorando la paga 

* https://chat.whatsapp.com/K9opd6CWHhwBy8mf0dKNgs

* https://chat.whatsapp.com/DfPazeR7khxIwkrHZTcEOk

Comentarios