π’π€ππˆπ“πŽ 𝐒𝐀𝐏Ó𝐍

En verdad, es un honor que una persona tan preparada
como el maestro NicolΓ‘s Hidrogo, se tome su tiempo, lea un trabajo e hidalgamente, plantee aspectos que se deben mejorar.
De ninguna manera debemos enojarnos. MΓ‘s si las observaciones tienen fundamento. Muy por el contrario debemos tener la calma suficiente y mejorar nuestro trabajo.
Hay que tener en cuenta de que Javier Villegas FernΓ‘ndez, figura en Internet y su Sapito SapΓ³n, es leΓ­do por niΓ±os.
𝑇𝑒π‘₯π‘‘π‘–π‘‘π‘œ π‘’π‘ π‘π‘œπ‘™π‘Žπ‘Ÿ π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘Ž π‘›π‘–Γ±π‘œπ‘  𝑑𝑒 458 π‘π‘Žπ‘™π‘Žπ‘π‘Ÿπ‘Žπ‘ , π‘†π‘Žπ‘π‘–π‘‘π‘œ π‘†π‘Žπ‘Γ³π‘›,
π‘’π‘›π‘Ž π‘Γ‘π‘”π‘–π‘›π‘Ž, π‘π‘Žπ‘ π‘Ž π‘π‘œπ‘šπ‘œ π‘ˆπ‘ 𝐿𝐼𝐡𝑅𝑂 𝑦 π‘™π‘Ž π‘œπ‘π‘Ÿπ‘Ž π‘šπ‘Žπ‘’π‘ π‘‘π‘Ÿπ‘Ž 𝑑𝑒𝑙 π‘π‘Žπ‘—π‘Žπ‘šπ‘Žπ‘žπ‘’π‘–π‘›π‘œ π½π‘Žπ‘£π‘–π‘’π‘Ÿ π‘‰π‘–π‘™π‘™π‘’π‘”π‘Žπ‘  πΉπ‘’π‘Ÿπ‘›Γ‘π‘›π‘‘π‘’π‘§. 𝐸𝑛 𝑒𝑙 π‘“π‘œπ‘Ÿπ‘šπ‘Žπ‘‘π‘œ π‘–π‘›π‘‘π‘’π‘Ÿπ‘›π‘Žπ‘π‘–π‘œπ‘›π‘Žπ‘™ π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘Ž π‘žπ‘’π‘’ 𝑒𝑛 𝑑𝑒π‘₯π‘‘π‘œ 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑒𝑒 π‘Ž π‘™π‘Ž π‘π‘œπ‘›π‘‘π‘–π‘π‘–Γ³π‘› 𝑑𝑒 π‘™π‘–π‘π‘Ÿπ‘œ 𝑑𝑒𝑏𝑒 π‘‘π‘’π‘›π‘’π‘Ÿ π‘›π‘œ π‘šπ‘’π‘›π‘œπ‘  𝑑𝑒 49 π‘Γ‘π‘”π‘–π‘›π‘Žπ‘ , π‘ π‘–π‘›π‘œ π‘ π‘’π‘ŸΓ‘ π‘ π‘œπ‘™π‘œ 𝑒𝑛 π‘“π‘œπ‘™π‘™π‘’π‘‘π‘œ π‘œ π‘‘Γ­π‘π‘‘π‘–π‘π‘œ. π΄π‘’π‘›π‘žπ‘’π‘’ π‘™π‘Ž β„Žπ‘–π‘ π‘‘π‘œπ‘Ÿπ‘–π‘Ž 𝑒𝑠𝑑Ñ 𝑏𝑖𝑒𝑛 π‘π‘œπ‘›π‘‘π‘Žπ‘‘π‘Ž, π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘’π‘π‘’ 𝑑𝑒 π‘Ÿπ‘’π‘π‘’π‘Ÿπ‘ π‘œπ‘  π‘™π‘–π‘‘π‘’π‘Ÿπ‘Žπ‘Ÿπ‘–π‘œπ‘ , π‘’π‘ π‘Ž π‘™π‘’π‘›π‘”π‘’π‘Žπ‘—π‘’ π‘Γ‘π‘ π‘–π‘π‘œ 𝑦 𝑒𝑠𝑑Ñ π‘‘π‘’π‘ π‘π‘Ÿπ‘’π‘£π‘’π‘›π‘–π‘‘π‘œ 𝑑𝑒 π‘‘π‘Ÿπ‘œπ‘π‘œπ‘  𝑦 π‘œπ‘‘π‘Ÿπ‘œπ‘  π‘Ÿπ‘’π‘π‘’π‘Ÿπ‘ π‘œπ‘  π‘›π‘Žπ‘Ÿπ‘Ÿπ‘Žπ‘‘π‘œπ‘™Γ³π‘”π‘–π‘π‘œπ‘  𝑑𝑒 π‘£π‘Žπ‘™π‘œπ‘Ÿ 𝑦 π‘π‘Žπ‘™π‘–π‘‘π‘Žπ‘‘, π‘™π‘œ π‘žπ‘’π‘’ π‘‘π‘’π‘ π‘šπ‘’π‘Ÿπ‘’π‘π‘’ 𝑠𝑒 π‘’π‘ π‘‘π‘’π‘‘π‘–π‘π‘–π‘‘π‘Žπ‘‘, π‘ π‘œπ‘™π‘œ π‘™π‘™π‘’π‘”π‘Ž π‘Ž π‘ π‘’π‘Ÿ 𝑑𝑒π‘₯π‘‘π‘œ π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘Ž π‘›π‘–Γ±π‘œπ‘  𝑑𝑒 π‘’π‘ π‘π‘’π‘’π‘™π‘Ž π‘π‘Ÿπ‘–π‘šπ‘Žπ‘Ÿπ‘–π‘Ž.

π’π€ππˆπ“πŽ 𝐒𝐀𝐏Ó𝐍 
(Texto completo)
π‘±π’‚π’—π’Šπ’†π’“ π‘½π’Šπ’π’π’†π’ˆπ’‚π’” 𝑭𝒆𝒓𝒏Ñ𝒏𝒅𝒆𝒛 (Chiguirip-Chota, Cajamarca-PerΓΊ, 1955). 

En el jardΓ­n de mi casa, habita Sapito SapΓ³n. Es un sapo muy curioso, parece tocado por la magia y el encantamiento. No lo vi llegar, hasta que una noche su voz pasmosa y ronca lo delatΓ³, y allΓ­ estaba con sus inmensos ojos vigilantes, su tremenda barriga y su atlΓ©tica manera de saltar de un lado a otro.

A veces me parece que se hubiera marchado. Me invade la aflicciΓ³n y pienso que no volverΓ© a tener otro amiguito en mi jardΓ­n con quiΓ©n entretenerme. En ese momento lo busco afanosamente, hasta que lo ubico, lo miro muy solicito, y me doy cuenta que su color verduzco le sirve para camuflarse acertadamente entre las hojas de hortensias y geranios.

Rara vez sale a pasear de dΓ­a, es muy tΓ­mido y asustadizo, sΓ³lo cuando escucha mis pasos y el timbre de mi voz salta hasta donde estoy, alegremente. Me acerco y le hablo, como a mi mejor amigo, le cuento que ya le escribΓ­ una poesΓ­a, un cuento, y que es el centro de mis conversaciones en la escuela. Parece alegrarse y salta entusiasmado, me pongo en cuclillas y platicamos de lo hermosa que es la vida, de la forma que debemos cuidar la naturaleza, para que la contaminaciΓ³n no siga amenazΓ‘ndola.

Sapito SapΓ³n me contΓ³ que se alimentaba de pequeΓ±os mosquitos y libΓ©lulas, y que, para ellos, solamente tenΓ­a que sacar su hΓΊmeda y pegajosa lengua y el bocado estaba asegurado. Me decΓ­a tambiΓ©n que cuando el calor arrecia se esconde en los lugares donde hay mayor humedad, para que el sol no reseque su piel y lo agobie hasta la desesperaciΓ³n.

Cuando intuye que el aguacero se acerca se pone feliz hasta el delirio, y apenas caen las primeras gotas de lluvia, lanza su croΓ­do, hasta contagiar a todos sus amigos que ejercitan su afΓ³nica garganta y echan al aire su batrΓ‘cica sinfΓ³nica.

El agua nos permite reproducirnos -me decΓ­a- por ello con nuestro croar rendimos pleitesΓ­a a esta magia de la naturaleza. Cuando hay luna llena, conversamos con ella, le hablamos en coro y le decimos que es bella y bondadosa, porque a pesar que se roba la luz, ella la comparte con nosotros desde la ignota lejanΓ­a.

Pasaron varios meses, hasta que cierto dΓ­a, el invierno empezΓ³ a desatarse con una intensidad descomunal: llovizna, ventarrones, rayos, truenos y un frΓ­o muy intenso. Cuando pasΓ³ dicha temporada, busquΓ© a Sapito SapΓ³n y no estaba por ningΓΊn lado. Me invadiΓ³ la tristeza, llorΓ© buscΓ‘ndolo por todos los lados, y sin seΓ±al de Γ©l, recordΓ© los momentos mΓ‘s felices que habΓ­amos pasado juntos, lancΓ© un profundo suspiro y me hice la promesa de llevarlo en mi corazΓ³n y en mi pensamiento por toda la vida.

Comentarios